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Home Escala Crítica ELECCIONES DEL 2016: VIENTOS DE LA SEGUNDA TRANSICIÓN; ¿VOTO CIUDADANO?

ELECCIONES DEL 2016: VIENTOS DE LA SEGUNDA TRANSICIÓN; ¿VOTO CIUDADANO?

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 Escala Crítica/Columna diaria

* Vuelco al tablero político; cuentas electorales: realidades y espejismos.  
* Lectura dominante: voto de castigo antisistema y por alternancia.
* Para el 2018, tres bloques y sus alianzas se disputarán la Presidencia
 
Víctor M. Sámano Labastida
NO SE TRATA de exagerar el optimismo. La realidad de las urnas el 5 de junio puede ser una bocanada de aire fresco para la vida pública de México. Varios factores socioculturales (conformismo visible, abstencionismo ancestral, hartazgo creciente hacia la política) permitían desconfiar de la madurez ciudadana, incluyendo las mediciones por encuesta que colapsaron y ameritan comentario aparte. Nadie anticipó un cambio de tal magnitud. Aunque, claro, estamos ante el viejo dilema de lo deseable y lo posible.
Con los votos ya contados, el tablero político muestra un vuelco que sacude al antiguo partido hegemónico PRI, fortalece al PAN que necesita urgentemente señales de recuperación y Morena se afianza en un proceso lento para sus expectativas pero rápido en términos históricos (es el partido más nuevo con capacidad competitiva). Como era de preverse, el PRD sobrevive mediante alianzas ideológicas incómodas que lo hacen dependiente de la derecha. Lo dicho: los candidatos llamados independientes no dan color y (por lo que se ve) necesitan de las siglas partidistas para subirse al tren del 2018.         
Articulistas y politólogos hablan ya de “la segunda transición”, para describir cómo en estas elecciones se presenta la alternancia de gobierno en estados tan estratégicos (y tan golpeados) como Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo, donde nunca había perdido el PRI. Es decir: lo que se vivió en 2000 a nivel federal, se vive hoy a nivel estatal, con escenarios sorpresivos a punta de votos. Reaparece así, luego de haberse eclipsado en 2012 y 2015, un factor democrático de cambio: la ciudadanía que razona su voto y ejerce el poder de sancionar atropellos cometidos por partidos/gobiernos que se asumían intocables. Aunque había sería dudas sobre la capacidad y disposición ciudadana para castigar a los malos gobiernos y sus partidos, en un primer acercamiento podría decirse que el voto tuvo sentido sancionador. 
Veamos algunos trazos de esta jornada electoral, que con sus vientos modificó el paisaje rumbo a Los Pinos, aunque no las carencias de los actores políticos en torno a un proyecto claro y coherente de nación. Recordemos este déficit cultural en las horas felices de la alternancia estatal. 
RESURRECCIÓN CIUDADANA
UN GANADOR visible de las urnas de junio es el aparato electoral, que incluye a miles de ciudadanos como funcionarios voluntarios. Este civismo rebasa la escenografía: es clave para el funcionamiento democrático de un país. En alguna ocasión, el político tabasqueño Enrique González Pedrero y el historiador Enrique Krauze situaron “el detalle técnico del voto” como “el aspecto fundamental de cualquier democracia”. 
En este sentido, la jornada vivida en 12 entidades (en realidad 14) ha sido ejemplar: “el detalle técnico” se cumplió de forma aseada. Es verdad que los tribunales actúan ya y que se abrirán paquetes electorales en el caso de las elecciones más cerradas (dos puntos o menos de diferencia), pero en general se cumplió el expediente democrático y los resultados ahí están. No sólo por el vuelco político sino por la lección ciudadana de orden y tranquilidad frente a las urnas.        
Sin desconocer que candidatos y partidos que quedaron en los escalones más bajos argumentarán fraude, muchas veces con razón, lo importante es que pudimos observar el peso que sobre el PRI tuvo el desgaste del poder, la puesta a prueba del discurso y el equipo electoral del López Obrador, y la estrategia del PAN rumbo al 2018. Al final se perfilan tres grandes bloques para la presidencia y es posible que quienes promueven a un “candidato independiente” decidan alinearse en las filas del blanquiazul. Por demás está decir que tanto el PRI como el PAN y los independientes tienen definido a su adversario: AMLO. 
LOS PARTIDOS Y SUS CUENTAS
 
EL TRICOLOR vaticinó “un 9 a 3” a su favor en las 12 gubernaturas disputadas, por boca de su dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, primer damnificado de “la segunda transición”. La realidad les pasó factura con un 5-7 en contra. Más allá de las gubernaturas, es interesante notar que el tricolor tuvo 2 millones 800 mil votos menos, con relación a las elecciones federales de 2015, mientras su porcentaje global fue de 27%; el PAN nunca había ganado 7 gubernaturas de un jalón, solo o en alianzas, con un envión de votos que los lanza al 30% del total; el PRD salva la plaza remolcado por el PAN, con tres alianzas ganadoras, pero comprometiendo su perfil ideológico y agobiado por lograr apenas el 12% de la votación total; Morena pasó de 9% en 2015 a 22% en 2016, con presencia fuerte en Zacatecas, Veracruz y el D.F. donde será mayoría legislativa. López Obrador encabeza las encuestas presidenciales y no se queja del 5 de junio: Morena logró un crecimiento del 89% en sus votos netos, mientras la consolidación de una estructura partidista se verá sometida a otra prueba de fuego en 2017, con las elecciones para gobernador en Edomex, terruño de Peña Nieto.
En resumen: el PRI, maltrecho, a revisar su visión triunfalista; el PAN y el PRD harían bien en cultivar cierto escepticismo: deben ver más allá de los triunfos aliancistas, para no caer en el espejismo del resultado fortuito que puede no repetirse; mientras que Morena, con prudencia, debería evaluar su crecimiento en torno a la figura de López Obrador y el voto antisistema.  
Vale la pena señalar que la ciudadanía, puesta ante el menú de numerosos candidatos en la boleta electoral, no cayó en la fragmentación del voto. Esto fue vital para la jornada de alternancia que se vivió, incluso en estados como Oaxaca, Tlaxcala y Zacatecas, donde el partido en el gobierno (y castigado en las urnas) no fue el PRI.      
LA CORRUPCIÓN SÍ SE VE 
FINALMENTE, una percepción dominante en el análisis de la jornada electoral es que sí influyeron (en el voto ciudadano) los conflictos de interés y la corrupción denunciada a nivel federal. Lo que no se atendió como caso judicial, ha tenido consecuencias en las urnas. ¿Cambiará la estrategia del gobierno federal para enfrentar los humores de la ciudadanía? Por las últimas noticias del Congreso de la Unión, sobre el sistema nacional anticorrupción que no incorpora a fondo las propuestas de organismos ciudadanos y empresariales, no se le ven ganas al gobierno de cambiar, pero no es sólo cuestión de ganas. 
DESPUÉS de unos días de asueto retorno a mis colaboraciones diarias tanto en Radio Fórmula como en Ventanasur y Presente; gracias a los lectores por su paciencia. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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