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*Gobierno y Comunicación social, definiciones estratégicas 

*Las credenciales de Gustavo Rosario; el tramo sucesorio

*Desfile de subsecretarios; sólo la titularidad se mantuvo

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

 

LAS DESIGNACIONES en un gabinete es explican con infinidad de factores. Desde los compromisos políticos –internos y de alianzas-, hasta los afectos personales. Pesan los criterios de lealtad, amistad o reconocimiento a la eficiencia. Hay cargos en los que son más determinantes las valoraciones técnicas y en otros las valoraciones políticas. Se dirá, y con sobrados motivos, que al final de cuentas todos los nombramientos de primer nivel en un gobierno obedecen a un juicio político. Porque son también actos políticos, definiciones; dan luces sobre la orientación  de las administraciones.

Comentamos en este espacio a principios del 2013, que la integración del gabinete de Arturo Núñez –como sucedió con el de Enrique Peña Nieto y como ha sido en muchos casos-, los cargos fueron otorgados por la cercanía que algunos de los designados tenían con el designante, pero también como resultado de las alianzas políticas y partidistas; por supuesto que también se debieron considerar las habilidades que estarían a prueba en la primera y difícil etapa de un gobierno de alternancia.

Sobre la marcha, las coyunturas y las valoraciones, se han ido dando ajustes. Algunos obedecen simplemente a decisiones personales de quien se retira del cargo. Pero el nombramiento de los relevos tiene necesariamente alguno de los dos ingredientes fundamentales que le mencioné: la técnica y la política.

 

ELEMENTOS DE DECISIÓN

EL PASADO fin de semana asumieron nuevos funcionarios. Si alguno de los cargos está determinado por la política como valoración, definición y objetivos es sin duda el titular de la Secretaría de Gobierno. Esta dependencia, junto a la de Comunicación Social, desempeñan dos funciones estratégicas. Más aún lo será en esta siguiente etapa del gobierno de Núñez que para efectos de planeación lo había dividido en tres momentos de dos años cada uno. Las circunstancias externas sin duda que han modificado los tiempos. 

Pero hay una condición política que no se puede soslayar: el tramo que lleva hacia el cierre de la administración y la consiguiente lucha sucesoria. Es allí donde, me parece, cobra relevancia política la designación de un secretario de Gobierno.

Sin ir demasiado lejos, por la Secretaría de Gobierno de Tabasco han desfilado desde principios de los ochenta por esa dependencia personajes como José Eduardo Beltrán, Juan José Rodríguez Prats (el más efímero), Humberto Mayans, Florizel Medina Pereznieto, Raúl Ojeda Zubieta. Cada gobernador ha puesto su sello en la designación de quien se conoce como “responsable de la política interna”.

En esta administración, la Secretaría de Gobierno se había mantenido con el mismo titular mientras en algunas otras carteras hubo hasta tres movimientos. Sin embargo, a nivel de subsecretarios esa dependencia no sólo ha tenido varios relevos sino que inclusive despareció una subsecretaría (la de Trabajo y Previsión Social) y se creó otra (la de Enlace Legislativo).

Con la designación de Gustavo Rosario Torres seguramente habrá algunos ajustes, sobre todo a nivel de direcciones. De entrada, el nuevo funcionario se encuentra con una subsecretaría vacante: la Subsecretaría de Gobierno, que dejó Neyda García para hacerse cargo de la titularidad de Desarrollo Social. Precisamente esta subsecretaría ha tenido antes dos responsables, uno Manuel Rodríguez, quien renunció para irse a Morena; y Ricardo Fitz, quien pasó de esa responsabilidad a una secretaría, la Energía, Recursos Naturales y Medio Ambiente.

Otra subsecretaría en el organigrama es la de Desarrollo Político, que al inicio de la administración denominaba de Atención a las Organizaciones de la Sociedad Civil, y que fue ocupada por Dora Nelly Martínez hasta abril de este año cuando asumió el cargo William Castillo, quien había despachado como subsecretario de Transportes cuando el titular del ramo era José Antonio de la Vega.

Como le decía, la subsecretaría de Trabajo desapareció y en su lugar obtuvo este nivel el área de Enlace Legislativo, primero a cargo de Oscar Ferrer, y desde enero de este año Moisés Sánchez Chávez. Por cierto, el área de relaciones con el Congreso es algo que conoce muy bien el nuevo secretario Rosario Torres quien no solo fue diputado sino que ha sido asesor de legisladores. 

Otros asuntos que caen en el ámbito de la Sogotab son los relacionados con la seguridad pública y previsión social, asuntos que ya manejó el nuevo titular como Procurador de Justicia. 

En el ámbito político partidista no debe perderse de vista su cercanía con los líderes del Partido del Trabajo, pero sobre todo del Partido Movimiento Ciudadano –anteriormente Partido Convergencia por la Democracia; además, sus vínculos con un sector del tricolor.

 

AL MARGEN

 

LE COMENTÉ ayer sobre una decisión importante que la Corte (SCJN) deberá discutir este miércoles respecto a los créditos del Infonavit. Una institución fundada en 1972 y que tiene unos cinco millones de acreditados. Se trata de un organismo con antecedentes que se remontan a la época de Lázaro Cárdenas, cuando se establece la obligatoriedad de los empresarios para contribuir en asegurar un techo para los asalariados.

Su primer director fue Jesús Silva Herzog-Flores, y por allí desfilaron personajes como José Campillo Sáinz, Gonzalo Martínez Corbalá y José Francisco Ruiz Massieu. Por cierto que entre quienes encabezaron el Infonavit está el actual gobernador tabasqueño, Arturo Núñez, quien tuvo esa responsabilidad entre 1994 y 1995.

 

LA DIRGENCIA estatal de Morena, a cuyo frente está Adán Augusto López Hernández, al parecer tiene como estrategia aprovechar el desencanto y desconcierto de algunos cuadros priistas. Así sucedió con Evaristo Hernández, quien en el 2015 había competido contra Octavio Romero; lo mismo con el cardenense Armando Beltrán Tenorio, quien antes había sido diputado y candidato del PRI a la alcaldía. Ayer se anunció la incorporación de Tey Mollinedo Cano, ex colaboradora de la alcaldesa priista recién salida del cargo Elda Llergo. Otro personaje que se ha visto cercano a Morena es Ariel Cetina, quien ha estado en el PRI y en el PAN.

López Hernández sostuvo que Morena no está desmantelando la estructura del PRI, lo que ocurre es que “Morena es un partido generoso y abierto a la sociedad”, afirmó. Mollinedo Cano explicó sus motivos: renunció a su militancia porque en el PRI ya no había oportunidades para ser tomados en cuenta. 

Se prevé que en las próximas semanas también el PRD afine sus mecanismos para allegarse a los inconformes del tricolor. En el 2015 hubo un fallido intento del PVEM por acrecentar su militancia con un traspaso del priistas, como sucedió en Chiapas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )