www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica VIEJAS OFERTAS DE UN NUEVO PRI; CHOQUE DE GRUPOS Y OBJETIVOS

VIEJAS OFERTAS DE UN NUEVO PRI; CHOQUE DE GRUPOS Y OBJETIVOS

E-mail Imprimir PDF

 Escala Crítica/Columna diaria

*Enrique Ochoa Reza dirigente del tricolor; una rebelión subterránea
*Entre liderazgos y administradores, el dilema de los partidos
*La rebelión de Ulises Ruiz y César Augusto; un salto al pasado 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
OTRA vez el nuevo PRI. Lo ofrecieron los anteriores dirigentes nacionales del tricolor, lo anuncia esta vez Enrique Ochoa Reza quien este martes será confirmado oficialmente en relevo de Manlio Fabio Beltrones. Tiene el apoyo formal de los antiguos brazos de control partidista, los “sectores” y “liderazgos”, aunque cada vez resulta más difícil distinguir qué significa esto. Hay una rebelión larvada y se puede adelantar que hacia finales de año. Pero son demasiados frentes.
En el más visible, Ulises Ruiz. El ex gobernador de Oaxaca y cercano operador de Roberto Madrazo, pidió declarar desierta la convocatoria para elegir dirigente. Quiere –dice- una votación abierta organizada por el Instituto Nacional Electoral. Como ocurrió con el PRD cuando se eligió a Carlos Navarrete…quien terminó renunciando. Ahora, Ruiz Ortiz acusa que en Ochoa Reza hay una “imposición de la cúpula” para una persona de escasa trayectoria partidista.
Sostuvo Ulises Ruiz: “Nadie duda de su capacidad como tecnócrata y sí de su capacidad o habilidades como político, pero queda claro que en las formas que se están empleando, no habrá competencia real y sólo una aberrante sumisión y una obediencia vergonzante a la voluntad superior”. La biografía del ex gobernador no es precisamente una carta de recomendación, pero asoma en su argumento la confrontación en curso: tecnócratas contra políticos, neopriistas contra históricos.
Aunque la convocatoria del PRI prevé una elección interna –por Consejo Político- para el 16 de julio, se da por hecho que el ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está destinado a un sitio ansiado por el grupo de Enrique Peña Nieto. Es el control de la candidatura para el Estados de México el año próximo y la del futuro abanderado del tricolor a la Presidencia.
 
UNA CLASE POLÍTICA DILUÍDA
 
CUANDO Manlio Fabio Beltrones renunció a la dirigencia del PRI, en lo que para muchos fue también su abandono de la batalla por ser el candidato presidencial,  dijo ante gobernadores y toda la llamada clase política tricolor que su partido estaba ante un “tropiezo electoral, pero no una derrota política”. Llamó a hacer una profunda reflexión y anunció su retiro para “permitir que una nueva dirección encabece las transformaciones que se requieren”. Otra vez, un partido que debe transformarse.
En un largo discurso afirmó que en la selección de sus candidatos a las 12 gubernaturas destacó “la alta calidad política de nuestros muchos y variados cuadros aspirantes” y subrayó que no admitía “la errada conseja que afirma que con otros candidatos, nuestros resultados hubiesen sido diferentes”.
Aunque también reconoció que los ciudadanos “exigen mejores resultados en sus gobiernos y combate a la corrupción e impunidad, dondequiera que esta se encuentre”.
Como es intención de esta columna dejar espacio al debate entre los priistas –de lo que dicen sus adversarios ya nos ocuparemos-, recordaré que una reacción inmediata a lo expuesto por Betrones fue la de otros de sus cuadros “históricos” y reconocido operador electoral: César Augusto Santiago.
En una carta pública sostuvo que los resultados  de las elecciones de junio de este año –en las que el PRI sólo ganó cinco gubernaturas y el PAN y sus aliados obtuvieron siete-, no fueron una lección a su partido sino una reacción contra gobernadores corruptos, cúpulas ineficientes y comunicadores sucios y charlatanes. Pidió una autocrítica, pero subrayó que “el PRI no debe ser propiedad de cúpulas y menos de dinastías”.
 
CÁLCULOS EQUIVOCADOS
 
De las doce gubernaturas en juego, el PRI tenía nueve. Beltrones había confiado en que por lo menos se quedarían con nueve. Le dijo al periodista David Aponte: “Nueve, sí; no es que uno se ponga metas específicas. Me gustaría ganar más, no me gustaría tener menos". Y tuvo menos.
Pero también algo flotaba en el ambiente, porque el sonorense advirtió: “el presidente Peña Nieto y su partido sacrificaron popularidad a cambio de las reformas que ayuden al país. Los resultados están a la vista". ¿Qué más? A mediados de abril, la popularidad de Peña Nieto se desplomó a un 30% , el nivel más bajo desde que asumió la Presidencia, de acuerdo al diario Reforma.
Para el casi dirigente del PRI, Enrique Ochoa, el habitante de Los Pinos es el “mejor activo” que tiene su partido. Interrogado sobre los gobernadores priistas que perdieron las elecciones y que realizan acciones para evitar riesgo de cárcel, afirmó: “los gobiernos emanados del PRI deben ser los principales responsables de tener espacios de transparencia y rendición de cuentas”. La pregunta remitió a Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz; César Duarte en Chihuahua y Roberto Borge, en Quintana Roo, quienes hacen todo lo posible por protegerse las espaldas.
Sin referirse específicamente a estos personajes, el ex director de la CFE argumentó: “todos los gobiernos tienen que ser revisados por los órganos competentes de manera firme ante la ley”.
Dijo Ochoa Reza: El PRI “necesita cambiar, necesita abrir las puertas, necesita la crítica y la autocrítica, pero sobre todo necesita de propuestas participativas para la victoria nacional”. También admitió que “tiene que reestructurarse con una discusión abierta con la sociedad”.
En las pasadas elecciones del 5 de junio el PRI perdió 7 de 12 gubernaturas, entre ellas cuatro estados en los que había gobernado de forma consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz  y Tamaulipas. Cada vez son menos los estados que no han tenido alternancia.
La cuestión obliga: ¿habrá alternancia interna en el PRI?
 
AL MARGEN
 
NO ES SÓLO un relevo en la dirigencia. El PRI se prepara a un reacomodo de grupos e intereses. Lo que está en juego es la sucesión. Recordemos que este partido dejó la ilusoria unanimidad desde mucho antes de la ruptura de finales de los ochenta. La llegada de Peña Nieto a la candidatura fue ofrecida como la muestra de que era posible para ese partido recuperar sus antiguos esquemas con técnicas refinadas. Simplemente son incompatibles con un país que crece en desigualdad, en población, y en competencia. El PRI necesita su cambio verdadero, para usar un lema opositor. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar