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LAS IZQUIERDAS, ENTRE LA DIVISIÓN Y LAS ALIANZAS; SUS RESISTENCIAS

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 LAS IZQUIERDAS, ENTRE LA DIVISIÓN Y LAS ALIANZAS; SUS RESISTENCIAS

Escala Crítuica/Columna diaria
*Un lugar común pero cierto; nadie gana sólo, menos gobierna
*Se impone la línea abierta al PAN en PRD: Barrales, dirigente
*Lo que está en juego: proyecto de país o ambiciones personales
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
ES UN HECHO que los aspirantes a la Presidencia en el 2018 no podrán ganar solo apoyados en un partido, van a necesitar de alianzas. Inclusive Andrés Manuel López Obrador, a quien algunas encuestas y sus simpatizantes los reportan como imbatible. El PRI no irá solo, como tampoco el PAN; mucho menos el PRD. Podría decirse que en Tabasco, aun cuando el que sea abanderado de Morena se beneficiará del “Efecto Obrador”, esto no será suficiente.
Todavía más, cualquiera que gane la Presidencia va a requerir por lo menos no estar confrontado. Si a Enrique Peña se le complicó enormemente el gobierno –y lo que todavía falta-, quien lo releve encontrará un país a punto de explotar. Es por eso que en los próximos meses veremos a políticos más conciliadores y menos radicales. Hasta el PRI buscará suavizar sus reformas; como AMLO tendió ya sus puentes.
  
PABLO Y ALEJANDRA
 
UN IZQUIERDISTA histórico del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para ser dirigente nacional, Pablo Gómez Álvarez fue derrotado por el bloque formado en torno a Alejandra Barrales. Fueron 58 votos contra 264. Se volvió a imponer la corriente encabezada por Nueva Izquierda (Los Chuchos), aunque esta vez impulsaron a una candidata cercana a Miguel Ángel Mancera, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Unos días antes de la elección de nuevo dirigente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador había lanzado una señal que –entre otros efectos- parecería favorecer una tendencia de apoyo a Pablo Gómez de Movimiento por la Democracia. Propuesto por Foro Nuevo Sol, corriente fundada por Amalia García, el ex militante del Partido Comunista ha sido más propenso a una alianza con el lopezobradorismo y crítico de las coaliciones con el PAN. Los Chuchos no lo podían dejar pasar.
En cambio Alejandra Barrales, fundadora de la Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas, es mucho más pragmática. Aunque considera que los pactos naturales deben ser entre los grupos y partidos de izquierda, no descarta estar con el PAN si esto favorece al PRD. La candidatura de Barrales fue sostenida por Vanguardia Progresista, identificada con Mancera; tuvo el visto bueno de Nueva Izquierda (Los Chuchos).
Oficialmente, Barrales fue promovida por Alianza Democrática Nacional (una de las corrientes dominantes), Izquierda Democrática Nacional (de René Bejarano), Vanguardia Progresista y un sector de Foro Nuevo Sol (otro segmento apoyó a Pablo Gómez). Amarrados los apoyos, Los Chuchos se quedaron con la secretaría general a cargo de Beatriz Mojica.
Sin duda que una eventual elección de Pablo Gómez facilitaría la negociación con Morena de López Obrador, mucho más ahora que el tabasqueño abrió esa posibilidad. Aunque resultaba poco probable que Gómez obtuviera la mayoría; ha representado un sector crítico dentro del PRD, pero formó parte del Consejo Rector del Pacto por México. No es un pacto, explicó, es una mesa de negociaciones.
No son pocos los morenistas que objetarán a la nueva dirigente solaztequista Alejandra Barrales quien debe estar al frente de ese partido hasta julio del 2017. La cuestionan, no sólo por su cercanía a Mancera, sino por un pragmatismo que no descarta las alianzas con el PAN. Gómez y Barrales representan dos conceptos opuestos de coaliciones, de tácticas y estrategias políticas. Pero la ruta con Morena no está cancelada.
Ahora bien, lo que también podría ocurrir –y a eso le apuesta el lopezobradorismo- es una escisión del PRD con miras a los comicios presidenciales. Si no hay un acuerdo a nivel de dirigencias, los morenistas forzarán una sangría mayor de perredistas en la base. Pero eso no será suficiente, y lo saben. Una elección presidencial o para gobernar un estado, requiere de una estructura territorial amplia.
 
LAS BUENAS INTENCIONES
PRECISAMENTE Pablo Gómez forma parte de la Comisión de Diálogo establecida en agosto del 2015 con la cual diversas corrientes del PRD buscaron acercarse a las fuerzas y líderes de izquierda, en especial a López Obrador de Morena y a Cuauhtémoc Cárdenas. Tras los comicios del 7 de junio de aquel año confirmaron que la división y la dispersión tenían graves efectos en las urnas. 
Esa comisión también fue integrada por Ifigenia Martínez, Leonel Godoy Rangel, Luis Sánchez Jiménez, Ariadna Montiel Reyes y Elpidio Tovar de la Cruz. Su primer objetivo –fallido- fue una gran alianza para las votaciones de junio del 2016, porque chocaba con los propósitos inmediatos de Morena y en el otro extremo de Los Chuchos. El obradorismo se proponía desplazar al PRD y el chuchismo frenar el avance de AMLO.  Al final el PRD con Agustín Basave a la cabeza se coaligó con el PAN. El balance no resultó bueno para el solaztequismo.
Las recientes declaraciones de López Obrador en el sentido de que no estaba descartada una alianza con el PRD inyectaron nueva vida a la comisión dialoguista. Un documento elaborado por sus integrantes emplazó a sostener un diálogo público “en beneficio del país” y para frenar las políticas neoliberales.
En el documento se afirma que el PRD es un partido de izquierda y “de oposición al régimen político”; rechaza todo vínculo con fuerzas “de derecha”.  Actual, al tiempo que asegura no compartir las propuestas económicas desplegada por el PRI y el PAN. 
Resulta evidente que hay por lo menos una contradicción que deberá resolverse en breve: las alianzas para competir por la gubernatura del Estado de México en el 2017. ¿Con el PAN o con Morena? Será una decisión crucial...como lo fue en el 2011. Pero también nos indica que en el seno del PRD hay dos enfoques irreconciliables en relación a López Obrador.
 
LOS INTENTOS de evitar una mayor dispersión de las izquierdas y de los militantes “de abajo”, no son nuevos. Sin olvidar que el PRD es producto de una alianza de diversas corrientes y grupos, y de una generosa actitud del Partido Comunista que entregó su registro a la unidad izquierdista, en diciembre del 2009 Manuel Camacho Solís fue encargado de encabezar el denominado Diálogo para la Reconstrucción de México, con la finalidad de una acción en bloque del PRD, Partido del Trabajo y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano). El DIA, como se le conoció, buscaba suplir al desgastado Frente Amplio Progresista utilizado para las elecciones presidenciales del 2006. Reconocían que la división había debilitado a las izquierdas; se confirmó con el retroceso en los comicios intermedios del 2009.
En aquel tiempo, los tres partidos acordaron ir unidos con un solo candidato presidencial en 2012, y un aspirante al gobierno del estado en las elecciones locales de 2010 y 2011. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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