Escala Crítica/Columna diaria
* Moción de mesura y paz, desde diversos frentes de la política
* Hechos y percepciones: nación en vilo; no reventar la cuerda
* Tiempo de huracanes: a prueba acciones, obras, dichos
Víctor M. Sámano Labastida
COMO si fuera un ballet declarativo para disminuir la tensión del país, diferentes actores políticos de peso ejecutaron una “moción de mesura”. Cada quien lo ha hecho desde su óptica política, en su peculiar estilo, con un objetivo saludable: tranquilizar la arena pública y devolverle credibilidad a la acción política, pues a nadie conviene un país roto. Como la desmesura es la norma en elogios y críticas, la mesura de los actores políticos sorprendió: como si de pronto habitáramos otro país, alejado de la polarización discursiva.
Claro que no hay que echar las campanas al vuelo todavía. Esto ha sucedido después de la batalla electoral de junio, que arrojó escenarios que sacudieron las certezas gubernamentales sobre el rumbo del país. Del ballet declarativo de mesura, aquí van las muestras.
DISCORDIA EN PAUSA
CUANDO todavía era dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones afirmó que no sería una mala noticia para México la llegada de AMLO a Los Pinos en 2018, pues “nunca es una mala noticia para el país lo que deciden los ciudadanos en las urnas”. Estos representa un viraje de 180 grados para alguien que un año antes afirmó: “debatiré con López Obrador sólo si reabren La Castañeda”, histórico manicomio defeño.
¿López Obrador? pidió una tregua para el Presidente Peña, “porque derogar la reforma educativa lo dejaría inerme. Esto no es sano: no le deja espacio al gobierno federal. (…) En el 2018 debe darse una transición tersa, sin ruptura”. Una declaración de este tipo hacia el habitante de Los Pinos, no se le conocía a AMLO desde los tiempos del desafuero en el gobierno del DF (2004/2005), cuando apreció un gesto político de Fox: la reversa en el proceso legislativo que los buscaba inhabilitar para competir por la presidencia en 2006.
Enrique Peña Nieto se sumó a la moción de mesura con su petición de perdón nacional, por la llamada Casa Blanca y la percepción generada de conflicto de interés y corrupción, “que lastimó a mi familia y a mi gobierno, erosionó la imagen de México y lastimó a los ciudadanos”. Históricamente, sólo otro presidente (José López Portillo/1982) realizó algo parecido. Peña Nieto se demoró 2 años en su petición de perdón. De cualquier manera llamó la atención por el déficit histórico en este terreno: en México, quien manda no se disculpa ni pide perdón.
Por el PAN, Vicente Fox habló de un “relanzamiento de la presidencia” con la petición de perdón de Peña Nieto. Curioso: ni siquiera un priísta lo dijo así. Mientras tanto, Diego Fernández de Cevallos enfatizó: “hay que darle el beneficio de la duda a Peña Nieto, porque es un gesto que ennoblece a la política y a quien, desde la autoridad, pide perdón”.
Carlos Salinas de Gortari reapareció públicamente como conferenciante en Acapulco: defendió el “neoliberalismo social” para desmarcarse del “afán privatizador del actual gobierno”, y se refirió “al otro innombrable (AMLO), a quien no voy a nombrar, porque el país no necesita una escalada de confrontaciones”.
Para cerrar el ballet declarativo de mesura, el empresario Carlos Slim sostuvo que en México “tienen que buscarse salidas estructurales a problemas estructurales y pasar página de los enconos políticos que dañan a la población”.
EL ABISMO Y SUS ORILLAS
HAY QUE poner atención cuando desde diversos frentes aparece la mesura. Entonces algo serio sucede: el país está en peligro. Por ello, se necesitan los mejores oficios de políticos y ciudadanos para restañar la arena pública. Las palabras ayudan, pero más ayudan los hechos.
Imagine el lector una metáfora visual efectista, pero aleccionadora de los tiempos presentes: al borde de un abismo no hay espacio para moverse hacia el frente, sino para regresar. Los actores políticos citados han realizado su interpretación de la realidad nacional y, más allá de sus gafas ideológicas, apostaron por la mesura. Han dado un paso al costado, de distensión, que no sobra. Buena noticia en términos generales sobre el quehacer político, pero el abismo sigue ahí. No hay espacio para moverse, salvo para retornar. La república, la menguante democracia mexicana, vive tiempos delicados. Lo hemos reseñado en otras ocasiones. Pero la política sola, sin ciudadanos, no será suficiente.
No es un complot de mesura lo reseñado. Se trata, en el peor de los casos, de un instinto de supervivencia de la clase política, que no puede serruchar el piso que la sostiene. Con un país roto, no hay clase política que valga. En el mejor de los casos, se anuncian tiempos propositivos en la política hacia el 2018 presidencial, con elementos racionales que hasta ahora, en la estridencia y la polarización, han brillado por su ausencia.
No todo será coser y cantar. El abismo está ahí, con enconos fieros que en otros frentes llegan a demandas legales mutuas entre gobernadores (caso Veracruz, Javier Duarte en funciones y Miguel Ángel Yunez electo) o las negociaciones interminables entre la CNTE y las secretarías de Educación y Gobernación, mientras la clase empresarial exige la aplicación de la ley contra los bloqueos de carreteras. La mesura de unos es la desmesura de otros. Veremos.
AL MARGEN
EN ESTOS días se ponen a prueba los sistemas de alerta temprana, acciones de protección civil y prevención ante huracanes, lluvias intensas e inundaciones. Desde el martes se declaró alerta amarilla para Tabasco por la presencia del huracán Earl; la quinta tormenta tropical de la temporada en el Atlántico.
La Conagua aseguró que no hay peligro por los niveles de los ríos y las presas. Sí deben tomarse precauciones para una buena operación de los cárcamos y el drenaje en Villahermosa y otras ciudades grandes. Una prioridad después del 2007 fue proteger a Villahermosa. Las crecientes de los ríos se desvían hacia poblados y zonas rurales.
Apenas el 19 de julio fue inaugurado en Villahermosa el Centro de Monitoreo de Fenómenos Hidro Meteorológicos. Se dijo que con esto se tendrán mejores herramientas de prevención de riesgos. Es el momento.
HAY MESURA en las declaraciones, pero deben corresponderse a los hechos. La resistencia civil iniciada en Tabasco en 1995 contra las altas tarifas de luz será un juego si prende a nivel nacional la protesta de usuarios iniciada ayer en Edomex y la Ciudad de México. (
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