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Home Escala Crítica HILLARY Y TRUMO, UN MODELO; LA POLÍTICA DEL ESPECTÁCULO

HILLARY Y TRUMO, UN MODELO; LA POLÍTICA DEL ESPECTÁCULO

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Disputa por la otra Casa Blanca: lo simple y lo complejo
*Donald, los reflectores; Hillary, a la sombra de las élites
*Cambios en la policía; atender lo interno, contra el calendario 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LE COMENTÉ en mi anterior colaboración el impacto que no sólo para México, sino para los estados del sureste, entre estos Tabasco, tendrán las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo noviembre. Como le decía, ocuparse de lo global es también prever lo local. Pocas elecciones políticas presentan ángulos de opinión tan interesantes como la contienda entre la ilustrada abogada Hillary Clinton y el empresario inmobiliario Donald Trump. 
A primera vista, EEUU tiene una contienda clara que permitirá diferenciar votantes: optar por el discurso simple y emocional de Trump, o preferir la complejidad intelectual de Hillary. Es una elección donde lo simple parece complejo y lo complejo, simple. Es una paradoja a explicar, aunque advertimos: en política son inexplicables en un sentido racional. La racionalidad no comulga con la política a secas, mucho menos con la política espectáculo, precisamente lo que está en el centro de la contienda Trump/Clinton.
Comencemos con el ángulo de la política espectáculo, que convierte lo simple en clave para el éxito de una campaña.            
           
LA POLÍTICA ESPECTÁCULO
 
PROBLEMA: Trump debe atraer el voto latino, luego de hablar de un muro antimigratorio. Solución: pagar miles de dólares a la actriz mexicana Salma Hayek. Objetivo: convertir un desayuno público en acto de campaña para suavizar su imagen antimexicana. Valor porcentual del acto: alrededor de 25 millones de votos potenciales en Texas y California. Con la foto Trump/Hayek, dicta la política espectáculo, es posible arreglar el desaguisado del muro. 
Tenemos una paradoja, producto de la política espectáculo: se aborda con una simpleza de marketing lo que es complejo en sentido económico y cultural: el incesante flujo migratorio de México y Latinoamérica hacia Estados Unidos.
La política espectáculo es efectista y reduccionista. Efectista, porque se quiere visualizar con acto superfluo el cambio de postura a una situación que   requiere estudios profundos. El político se saca la foto y ya está. Pero no en lo que racionalmente debería: proponer soluciones.
La política espectáculo es reduccionista porque no hay contexto. No se rastrean los hechos con datos duros para encontrar respuestas; se diseñan ocurrencias para buscar el trending topic (tendencia dominante) en las redes virtuales y el eventual cambio en las preferencias electorales. 
Aquí viene una paradoja: lo que la política espectáculo te da, también te quita. Por ejemplo, Trump entró con el pie izquierdo a su campaña por criticar a la familia de un soldado estadounidense muerto en Irak. La familia fue entrevistada en un acto de apoyo a Hillary. Con fina sensibilidad, Trump declaró que “todo era un montaje y una mala telenovela retro”. Pero pocas cosas generan consenso en los Estados Unidos como las familias que pierden a hijos jóvenes por ser soldados. Tan craso fue el error de Trump, que figuras de su propio partido le criticaron con dureza y le pidieron ‘mesura’ al referirse a las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Trump está ahora 15 puntos abajo en las encuestas.  
La política espectáculo es una rueda de la fortuna: lo mismo tritura que endulza. Trump lo sabe y seguirá jugando. Ningún analista serio en Estados Unidos visualizó que Trump alcanzaría la nominación presidencial, y sin embargo llegó. Otra paradoja: apelar al orgullo blanco en la nación más multirracial del planeta. La racionalidad política es otra fiesta, no la de Trump.     
           
INTERESES EN TORNO A HILLARY   
 
EL ELABORADO discurso político de Hillary Clinton está a años luz del impertinente Trump. Si por calificaciones de competencia política fuera, esta contienda presidencial ya estaría terminada. Con estudios de posgrado en leyes y ciencias políticas, nadie tiene la experiencia de gabinete de Hillary, activa en funciones públicas desde los tiempos de su marido Bill Clinton, y brazo derecho de Barack Obama después de perder la nominación demócrata en 2008, cuando se reconoció la fuerza de sus argumentos por los datos duros que manejaba. Todo indica que Estados Unidos tendrá a la primera mujer de su historia que ocupe la Casa Blanca. También cuenta una cuestión de género.
El problema de Hillary son las élites que la arropan. Es condición esencial de Estados Unidos mantener un escenario de lo ‘políticamente correcto’: cualquier discurso antisistema se paga muy caro. Le ocurrió a Bernie Sanders, veterano político que dio mucha lata en la contienda interna a Hillary, enganchando a los jóvenes con la rebeldía antisistema. Ésa es la limitación de la Hillary política: no encarna la búsqueda de un futuro diferente al que proponen las élites corporativas. Es la sombra alargada de las élites, que quieren dormir con la conciencia ética tranquila mientras dominan el mundo a trasmano. Como le decía en la anterior columna: es la elección del Destino Manifiesto, aunque Trump representa el peor escenario.
RELEVO EN SEGURIDAD
NO ES FÁCIL. El problema de la inseguridad y la violencia en México tiene profundas raíces y obedece a factores diversos. A partir del 2007 los enfrentamientos de los cuerpos de seguridad –sobre todo el Ejército- y la delincuencia organizada colocaron a la población en medio del fuego cruzado. La falta de una estrategia del gobierno de Felipe Calderón hizo que se alborotara el hormiguero de los delitos: se multiplicaron los homicidios, secuestros, robo de vehículos, tráfico de todo tipo.
Tabasco no ha sido ajeno a la expansión de la delincuencia, aunque se logró frenar los ilícitos vinculados al narcotráfico y al robo de combustibles. Como tampoco ha sido ajeno a la tendencia de designación de militares al frente de la Seguridad Pública.
Antes de concluir la semana pasada el gobernador Arturo Núñez designó a inspector Miguel Ángel Matamoros en sustitución del general Sergio Martínez Luis, quien a su vez había relevado al general Audomaro Martínez en julio del 2015. Matamoros Camacho asumió en abril del 2014 como director de la Policía Estatal, como parte del grupo de cuatro inspectores de la Policía Federal Preventiva que sustituyó a los mandos afectados por una revuelta policiaca. En enero de 2015, Matamoros pasó a ser Comisionado de la SSP, dependencia que ahora encabeza. ¿Se ha resuelto así el problema interno en la corporación? Pronto lo sabremos. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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