www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica PRIMER DEBATE CLINTON-TRUMP; IMPACTOS EXTERNOS PARA LA ECONOMÍA

PRIMER DEBATE CLINTON-TRUMP; IMPACTOS EXTERNOS PARA LA ECONOMÍA

E-mail Imprimir PDF

 Escala Crítica Columna diaria

*Tabasco requiere un plan para el control de riesgos y efectos
*Los republicanos de EU y el discurso superficial de su candidato
*Hillary Clinton, su propio enemigo; el peso de la salud y la frialdad
Víctor M. Sámano Labastida
EN LA RECIENTE y fugaz visita del presidente Enrique Peña Nieto a Tabasco el tema obligado fueron los recortes presupuestarios. Las señales de una reducción significativa de los recursos destinados a Tabasco obligaron a plantearle al mandatario federal “un trato diferenciado”, aunque más bien tendríamos que hablar de “un trato preventivo o de reparación de los efectos”. ¿Se imagina usted lo que sería para el país una región petrolera (Tabasco, Veracruz y Campeche) inestable? Este, me parece, debe ser un argumento de peso en la necesaria revisión del Programa de Reactivación Económica. 
Más allá de las variables políticas –como el hecho de que Tabasco sea una plaza que peleará con todos sus recursos Andrés Manuel López Obrador y de que actualmente no es gobernado por el PRI-, lo determinante para unos y otros es el factor económico de donde deriva la situación social. Un incremento del desempleo lleva implícita una caída en el consumo y la producción, por lo tanto una depresión en la economía. La inseguridad pública y la incertidumbre financiera son parte de esa mezcla explosiva.
Hay que hacer lo que corresponde a lo interno. Porque también existen factores externos que constituyen un riesgo. El nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade, reconoció que las elecciones en nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, tiene “implicaciones inciertas”. Echemos un  vistazo a lo externo.
OTROS JUEGAN NUESTRO FUTURO
INMINENTE el primer debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, es apropiado un acercamiento a las circunstancias en el ánimo norteamericano para elegir al sucesor de Obama. La montaña rusa sería una imagen adecuada para esta contienda. 
Sorprende una competencia cerrada, cuando las encuestas estaban 85-15 a favor de Hillary al oficializarse ambas candidaturas. La diferencia se redujo 53-47 a favor de Clinton, aunque algunas encuestas –después del desmayo- le dan apenas una ventaja de dos puntos. No se sabe si están “cuchareados” los sondeos, para ofrecer la imagen de una elección presidencial disputada. La democracia, realidad y apariencia, se ‘vende’ mejor con elecciones cerradas. La credibilidad crece con la incertidumbre del resultado. Estados Unidos, en dos ocasiones (2000 y 2004), ha llegado a la Suprema Corte de Justicia (última instancia, inapelable) para definir al inquilino de la Casa Blanca.
Más con énfasis descriptivo que para calificar, diremos que las torpezas de Trump han sido mayúsculas en áreas estratégicas: colisionó con los políticos más importantes de su partido (Republicano), que en reciprocidad plantearon la posibilidad de sustituirlo; se confrontó con los medios de comunicación más influyentes –los acusó de ‘estar comprados por Hillary’-; tuvo fricciones con las fuerzas armadas de los Estados Unidos, lo que ningún otro candidato presidencial ha hecho en la historia. Bajo tal escenario de errores, sorprende que siga en la carrera. 
El fenómeno Trump en las encuestas es un misterio de las fluctuaciones mediáticas en el siglo XXI, con las redes de internet en modo imprevisible por su ánimo beligerante. Este candidato simplista en su visión política, sin discurso racional y coherente, merece un estudio sociológico detallado. Como los nazis en la Segunda Guerra Mundial o los fascistas italianos. Es un tema cultural delicado: la gris ausencia de memoria social y política. Ningún estudioso serio se explica cómo, luego de estar en la lona, Trump se ha levantado con nuevos discursos polémicos y discriminatorios. 
Veamos: desenterró al Ku Kux Klan con todo y capuchas; despreció a Europa, a la que llamó ‘un pariente pobre’; ubica a México como lacayo de Estados Unidos, mientras aquí Peña Nieto le abrió las puertas y levantó ¿involuntariamente? la campaña de Trump al darle ‘trato presidencial’ en su visita; culpa a Hillary por soltar ‘la versión del nacimiento de Barack Obama en tierra extranjera’, cuestión risible a estas alturas por la multietnicidad de los Estados Unidos.  Se equivoca Trump a cada paso. Y crece de todos modos.    
El politólogo Noam Chomsky en el semanario News Week (septiembre 19) habla de “la sonrisa autopublicitaria de Trump como el detonante superficial de su repunte”. Recordaba Chomsky una frase de Jean Baudrillard: “a falta de identidad, los americanos poseen una maravillosa dentadura”. Es para pensarlo: ¿lo superficial puede llegar a ser profundo? En México, el look de Peña Nieto y su copete obró quizás un efecto parecido antes de 2012, durante el diseño de su candidatura presidencial.      
Todo indica que falta hacia los ciudadano una nueva pedagogía de las campañas políticas. 
LA FRAGILIDAD DE HILLARY
Otra explicación del crecimiento inexplicable de Trump está en su frágil contrincante. Hillary Clinton tiene argumentos profesionales de servicio público y blasones académicos, pero eso no basta en el marketing electoral. Las fluctuaciones mediáticas la golpean con la cobertura de una salud precaria. Por otra parte, ha labrado una imagen negativa de cara a las élites financieras de Estados Unidos, que ya tuvieron jaloneos con su esposo William Clinton, cuando éste fue presidente. Un asesor de Clinton, el economista John Kenneth Galbraith, recomendó apretar con impuestos (proporcionales a sus ganancias) a los empresarios de mayor poder. Clinton, político de siete suelas, se preguntó por los costos de una acción de ese tipo y reculó, pero quedó el malestar entre las élites financieras. La popularidad no sólo se gana abajo, sino también entre los dueños del dinero. 
Ahora las élites gringas reciclan las posibilidades de Trump para llegar a la Casa Blanca. Las previsiones son pesimistas: el republicano siembra desconfianza en los mercados mundiales. La frivolidad y la irresponsabilidad  no son cartas de recomendación.                                               
Esta elección atípica, con candidatos débiles por razones diferentes, arrojará un final de fotografía. La democracia estadounidense, deudora del marketing electoral, decidirá entre apariencia y realidad. Hoy veremos uno de los capítulos estelares y también un asomo al futuro de México. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar