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Home Escala Crítica NUBARRONES Y TORMENTAS EN 2017; LA DISPUTA POR EL DINERO PÚBLICO

NUBARRONES Y TORMENTAS EN 2017; LA DISPUTA POR EL DINERO PÚBLICO

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Sufre Tabasco los efectos de una economía petrolizada en declive 
*PRD se manifiesta, Núñez insiste en diálogo, Morena sugiere un plan 
*Mejora la percepción de seguridad en Centro; fortalecer acciones
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
CON EL CASO de la crisis actual en el presupuesto para los gobiernos a mucha gente le ocurre lo que en la conocida fábula del lobo y las ovejas: tanto se dice que viene el lobo pero los pastores se siguen comportando como si nada ocurriera, de manera que cuando verdaderamente existe el riesgo ya muy pocos lo creen. Desde hace por lo menos unos 30 años a los mexicanos se nos ha dicho que estamos en crisis y que resultaba necesario apretarse el cinturón. Los años pasan y la crisis se repite…y agudiza.
Los gobiernos anunciaron en los años ochenta medidas de austeridad que se aplicaron en el pueblo, pero casi nunca en la llamada burocracia dorada. Así tenemos ministros, consejeros, jueces, altos funcionarios cobrando más de 300 mil pesos mensuales. Se siguieron construyendo ostentosos edificios muchas veces inservibles.
Puede afirmarse que la crisis que ahora se anuncia, o que se prevé agudizada, es mucho más grave: México no tiene el asidero del petróleo sobre el cual descansó hasta el 40 por ciento del presupuesto.
Un reporte del diario El Financiero (17/II/2016) ilustra cómo “en el periodo de 2005 a 2014, los ingresos petroleros se mantuvieron por arriba del 30 por ciento del total de los ingresos presupuestarios (su nivel máximo fue en 2008 cuando representaron el 44 por ciento)” Entre el 2011 y 2012 se ubicaron en cerca del 40 por ciento, pero comenzaron un declive para llegar a sólo el 19.7 por ciento en el 2015. Coincidentemente el primer año de la reforma en petróleo que eliminó el monopolio de la extracción y comercialización al Estado Mexicano.
A toro pasado, como se dice, los reformadores no hicieron caso –o ignoraron deliberadamente- las señales del mercado: desde el 2014 hubo un deslizamiento a la baja de todas las materias primas y especialmente el petróleo. Su precio comenzó a ser impactado por la extracción de petróleo no convencional (el famoso esquisto), y por el aumento de la venta de las reservas de los países árabes. En 2015 la ola siguió y a principios de 2016 los cálculos más pesimistas se cumplían: con un precio de menos de 30 dólares por barril, el crudo mexicano estaba en niveles en los que salía más caro extraerlo que lo que pagaban por él. Hay una leve recuperación, pero la industria energética mexicana tiene nuevos intermediarios.
Las previsiones pesimistas y optimistas lo abordamos no sólo en ocasión de la llamada reforma energética (para muchos sólo privatización petrolera), sino mucho antes al revisar la petrodependencia del país, pero especialmente de Tabasco.
 
EL POZO QUE DEJÓ EL PETRÓLEO
 
EN ESTE contexto lo que ha seguido para México es un mayor deterioro de las finanzas públicas, el aumento de la deuda, un menor margen de maniobra en la asignación de recursos y los recortes presupuestales. Se presume que el presupuesto ya no depende tanto del petróleo, sino que ahora descansa en una mayor recaudación impositiva. Quizá habría que mirar detrás de la puerta: miles de microempresas cerradas, aumento de la economía informal, la sombra de la inestabilidad.
Como usted sabe, cinco gobernadores surgidos del PRD, entre ellos el de Tabasco, se reunieron con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Fueron a explicar por qué consideran que los recortes y reasignaciones previstas para el 2017 pueden ser dañinas para estados y  municipios. El impacto social podría ser irreparable.
Ayer militantes y dirigentes del PRD se manifestaron en la capital del país para reclamar al presidente Peña Nieto un trato justo en los recursos para los gobiernos locales. Consideran que hay un sesgo partidista, sobre todo por el trato privilegiado que se le da al Estado de México, donde habrá elecciones el año próximo. Los organizadores de la protesta se dijeron también en defensa de la economía de las familias mexicanas.
El gobernador tabasqueño Arturo Núñez, quien acudió a la reunión con el secretario de Hacienda, insistió en que la crisis económica por la que pasa el país debe ser atendida con mayor sensibilidad política y social. Ya se sabe que son las entidades petroleras (Tabasco y Campeche), la que reciben un mayor impacto por los despidos en la industria, la depresión en las actividades directas e indirectas, la baja en las inversiones. 
El mandatario tabasqueño está, sin duda, en una posición complicada porque le apostó a la institucionalidad –evitar confrontarse con la Federación que tiene un gobierno surgido del PRI-, al mismo tiempo que un desprendimiento de la coalición con la que ganó las elecciones le exigió posiciones más radicales. Precisamente ahora que el PRD anunció movilizaciones, Núñez tuvo que deslindar entre las acciones de su partido y las de su gobierno.
Mientras los militantes solaztequistas se manifestaban, aquí en Tabasco el dirigente del partido lopezobradorista Morena, José Eduardo Beltrán, consideró que el gobierno estatal debe proponer un plan de emergencia para los próximos dos años. 
Dijo Beltrán Hernández: “el gobierno del estado debería de implementar un plan de emergencia, para poder salir adelante con nuestros propios esfuerzos, con la colaboración de todos los tabasqueños, salir lo menos dañados posible de este recorte presupuestal fuerte”. Dejó en claro que la disponibilidad de sumarse a un “programa de emergencia” de iría en demérito del papel de Morena como oposición.
Ahora bien, ¿es sólo el gobierno estatal quien puede o debe poner a debate un plan de crisis, un programa de emergencia? ¿Podría pensarse que los partidos y legisladores fueran la palanca para proponer respuestas a la crisis? ¿Abre esta situación una puerta para el diálogo entre antiguos aliados anteponiendo el interés de Tabasco? Un desafío para los políticos.
 
AL MARGEN
En México aumentó la percepción de inseguridad, según la más reciente encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas INEGI. Los mexicanos tienen más temor de sufrir algún ataque de la delincuencia. Quizá el dato relevante para Tabasco sea que la ciudad capital, Villahermosa, ya no ocupa el primer lugar en donde la gente dice sentirse insegura. Es Ecatepec, Edomex donde hay más temor; le siguen la región oriente de la Ciudad de México, Coatzacoalcos y Acapulco.
Para los habitantes, son sitios donde se sienten más protegidos Mérida, Tepic, Campeche, Puerto Vallarta y Durango. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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