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Home Escala Crítica Democracia, participación electoral y calidad de vida; otra vez en la agenda de las campañas

Democracia, participación electoral y calidad de vida; otra vez en la agenda de las campañas

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 Escala Crítica/ Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance

*Pendiente: una verdadera reforma educativa y política cultural
*Formar para el desempleo, un desperdicio de talento y dinero
*La tecnología desplaza mano de obra y reduce espacios laborales
 
EN EL MUNDO, no sólo en México, hay un creciente deterioro de la calidad de vida. Las nuevas generaciones debe hacer frente a un entono cada vez más complejo y en el que la desigualdad aumenta la brecha de la pobreza y los derechos. En el papel hay más protección para todos; en la realidad no existen las condiciones para una vida plena. Es el tema que abordamos en una entrega anterior a partir de los datos sobre desempleo, deterioro laboral y precariedad en relación a las profesiones. Obtener un trabajo bien remunerado y que signifique una realización individual se convierte en algo cada vez más vinculado a la fortuna. Es más el azar que el talento.
Este deterioro de la calidad de vida, se relaciona estrechamente con un abstencionismo creciente en los procesos electorales y en las acciones comunitarias, o con el apoyo a medidas extremas (como sucede ahora en El Salvador de Nayib Bukele, quien por si fuera poco obtiene el 90% de aceptación rumbo a las elecciones del 2024, según la organización Directorio Legislativo). 
Este “malestar en la democracia” puede explicarse por la incertidumbre en el futuro a partir de las malas experiencias del pasado. 
 
CIUDADANÍA Y MAQUINARIA ELECTORAL
 
UN ESTUDIO 2018-2023 basado en encuestas de salida, realizado por la Universidad de Guadalajara (4/07/2023, “Elecciones, abstencionismo y clase media”) registra abstencionismo del 70% en la clase media y de 67% entre jóvenes de 18 a 25 años de edad. Se trata de porcentajes que rebasan en 15 y 12 puntos el abstencionismo de la población en general. Son picos preocupantes de ciudadanía inactiva en procesos decisorios del país. Millones no se involucran con la hoja de ruta que los partidos ofertan en campaña. Mucho tiene que ver también con la pérdida de horizontes en los mismos partidos convertidos en máquinas electorales, donde el poder se concentra en una cúpula. 
Punto clave de este panorama de subempleo y desempleo en el sector universitario del país, se encuentra en la ausencia de una orientación vocacional mínima. Y también diría que está ausente una orientación humanista de la organización social, encadenadas las personas al mercado lucrativo.
Del total de universitarios (500 mil), que se mantiene desempleado (según la ANUIES 2019), el 93% dijo que un factor para su desempleo es “haber estudiado una carrera que no era de sus preferencias”. Pasa con egresados de comunicación y administración de empresas, que estudiaron esas carreras porque no pudieron inscribirse en otra (la que preferían) y entonces buscaron una profesión ‘comodín’, para entrar como sea. ¿Entrar a dónde? Ya no hay seguridad de un espacio profesional.
De cualquier manera, incluso con buena orientación vocacional, queda el problema grave del mercado laboral no diversificado y saturado en lo que toca a profesiones tradicionales. Los avances tecnológicos implican actualmente un desplazamiento de la mano de obra y la reducción de los espacios laborales: se hace más con pocos. 
Hay países que cancelaron las carreras de Derecho y Administración, para concentrarse en profesiones que impliquen un beneficio estratégico. Por ejemplo, Noruega fomentó la carrera de ingeniero en Petroquímica para atender las demandas de países árabes en esa profesión. México tiene una necesidad estratégica de ingenieros petroquímicos, aunque no puede contratar suficientes nacionales porque no los hay, y tiene que buscarlos en otros países. Sucede también que en esto se privilegian intereses de quienes dominan el sector (las empresas transnacionales o los grandes capitales). En este terreno recordemos que fue prácticamente desmantelado el Instituto Mexicano del Petróleo y que en varias instituciones cancelaron las ingenierías vinculadas al sector petrolero o a la generación de conocimiento.
Las reformas educativas de México están pensadas, apenas, en su punto de partida: la educación primaria. No se visualiza el punto de salida: la educación superior. Ni los puntos intermedios: educar para la vida en comunidad. 
Se olvida, además, el panorama social aquí esbozado. El país pierde energías valiosas, vía clase media que disminuye en lo económico y crece como abstencionista en lo político, desempleada y subempleada. ¿Algún proyecto político cambiará esa inercia en 2024? 
 
AL MARGEN
La canciller Alicia Bárcena anunció ante el presidente Andrés Manuel López Obrador,  que Estados Unidos aportará 40 millones de dólares la aplicación en El Salvador, Honduras, Belice, Guatemala, Cuba y Ecuador, de dos programas creados y ejecutados por el actual gobierno: Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro. De hecho ya se aplican en tres países centroamericanos como parte de la estrategia de las “cortinas de desarrollo” anunciadas por AMLO. No hay que olvidar que Alicia Bárcena, al frente de un equipo de la CEPAL, elaboró para México un Plan de Desarrollo Integral para la región centroamericana. 
 
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