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Home Escala Crítica LÓPEZ OBRADOR, SU RENUNCIA AL PRD Y LA NUEVA RUTA

LÓPEZ OBRADOR, SU RENUNCIA AL PRD Y LA NUEVA RUTA

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Escala Crítica/Columna diaria
*Una larga historia de frentes, alianzas, movimientos
*Primera prueba, en el 2015; antes, varias gubernaturas
*No repetir los errores de esta primera etapa, la clave

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

POCO ANTES del mitin del domingo en el Zócalo capitalino Andrés Manuel López Obrador era objeto de dos críticas básicamente: la de quienes lo acusaban de querer “dinamitar” la estabilidad y la de quienes le exigían acciones más radicales porque consideraban que su respuesta al fraude era moderada. No puede dar gusto a los dos extremos.
También, en el absurdo de las interpretaciones, hubo quienes dijeron que la advertencia de “un estallido social” si se validaban las elecciones quedó en mera amenaza. ¿Querían un estallido para confirmar los dichos?

El tabasqueño era criticado por encabezar protestas y anunciar una campaña de “desobediencia civil”. Después fue criticado cuando trascendió que impulsaría un nuevo partido.

UN CAMINO ANUNCIADO

NO HAY SORPRESAS. El 17 de noviembre de 2011, en representación de Andrés Manuel López Obrador, el ahora diputado Ricardo Monreal firmó un acuerdo para iniciar la construcción de una nueva organización, el Partido Frente Amplio Democrático. La propuesta, se dijo entonces, había surgido de Marcelo Ebrard y aceptada por Andrés Manuel López Obrador. Así lo sostuvo Manuel Camacho quien informó que la idea era apoyada por los dirigentes del PRD, Jesús Zambrano; del PT, Alberto Anaya, y de ex Convergencia, Luis Walton.
Todavía a finales de julio de este año, Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho, apoyaban la idea de una nueva organización que integrara a los partidos y movimientos que fueron juntos en las elecciones del 2006 y en las del 2012. Jesús Ortega, uno de los líderes de Nueva Izquierda, y motivo de litigio con López Obrador, sostenía que era necesario construir un frente amplio de las izquierdas, pero ya no mencionaba la posible fusión del PRD en un nuevo partido (Enfoque/Reforma, No. 951). Resultaba evidente que AMLO tenía también otros planes, aunque mantuvo la esperanza de que la insurgencia cívica sería de tal magnitud que le daría el triunfo en los comicios presidenciales. También tiene que entrar en la autocrítica la revisión de cómo funcionó la estructura de la coalición de izquierdas y no sólo aquello que hicieron sus adversarios formales.
Cuando el 2 de octubre de 2011, López Obrador anunció la integración oficial del Movimiento de Regeneración Nacional como una asociación civil referimos aquí que el tabasqueño expresó que Morena iría más allá de los comicios del 2012. “Puede interpretarse –le comentamos- como un propósito de constituir un nuevo partido a mediano plazo”. (Escala Crítica, 03/X/2011)
Una de las características de López Obrador, a la que ya me he referido en otra ocasión, es el “movimientismo”, o esa especie de “fuga hacia adelante” que practica desde que fue dirigente del PRI en Tabasco. Para evitar el choque renuncia, se retira, inicia un éxodo o una nueva organización.
Renunció a la Oficialía Mayor que le ofreció Enrique González Pedrero en 1982 para sacarlo del PRI. En 1988 se sumó al Frente Democrático Nacional y en 1989 participó en la fundación del Partido de la Revolución Democrática.
En 1991 y en 1995 encabezó dos “éxodos por la democracia” a la Ciudad de México; también en 1995 anunció su primer Movimiento de Resistencia Civil y se sumó a las Asamblea Democrática Nacional. Cuando fue dirigente nacional del PRD (1996-1999) se inclinó por un “partido en movimiento”, según su propia definición en un debate contra la entonces aspirante a la dirigencia perredista Amalia García. Por cierto, fue en aquella ocasión cuando Jesús Ortega encontró la puerta abierta para pactar con AMLO y desplazar a los “amalistas”. Se inició una alianza que a la larga le pesaría al tabasqueño.
Poco antes de las elecciones internas del solaztequismo –en 1999-, renunció a la dirigencia, teniendo que establecerse un interinato a cargo de Pablo Gómez.

MULTIPLICADOS O DIVIDIDOS

EN EL BREVE tiempo que fue de su renuncia a la dirigencia del PRD y su candidatura al gobierno del Distrito Federal, López Obrador fundó en Tabasco el Frente Amplio por la Democracia y Contra la Represión (1999), al mismo tiempo que inició su denominado “recorrido por los mil pueblos”, que interrumpió para acudir a competir en la capital del país (2000).
Vivió una etapa institucional con Jefe de Gobierno. Aunque también su administración se caracterizó por una intensa movilización. No podía faltar –por la obsesión de Vicente Fox para tratar de frenar el avance AMLO hacia la candidatura presidencial-, el proceso de desafuero (2004-2005) que también le permitió al tabasqueño poner en práctica su capacidad de convocatoria en las plazas públicas. En el 2000 también se había creado la Coalición por el Bien de Todos, bandera bajo la que compitió en Tabasco por la gubernatura Raúl Ojeda y que luego se convirtió en el lema de la campaña izquierdista del 2006.
Después de las elecciones del 2006, en la misma dinámica que lo ha caracterizado López Obrador constituyó el Consejo Ciudadano de la Resistencia Civil, la Convención Nacional Democrática, el Movimiento del Gobierno Legítimo; el Movimiento Nacional de la Defensa del Petróleo (2008), Movimiento de la Economía Popular y la Soberanía (2009).
También participó en la formación del Frente Amplio Progresista (2007) que se transformó en Diálogo para la Reconstrucción de México, DIA (2009).
En enero de 2011, López Obrador le dio el nombre de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al instrumento político que usaría para impulsar nuevamente su candidatura; esta agrupación fue constituida formalmente el 2 de octubre de ese año. Después de las elecciones del 2012, el 20 de julio, el tabasqueño constituyó un nuevo movimiento: el de la resistencia en el Plan Nacional de Defensa de la Democracia y por la Dignidad. Lo que seguía tenía que ser un nuevo partido.
Como le decía líneas arriba, aún cuando se había firmado un acuerdo para que el Movimiento Progresista se transformara en el Partido Frente Amplio Democrático, resultaba evidente que no podían seguir coexistiendo las disímbolas dirigencias del PRD –en manos de Nueva Izquierda e Izquierda Democrática-, las del PT de Alberto Anaya y el PMC (ex Convergencia) de Dante Delgado.
Se puede anticipar que en el futuro de “las izquierdas” se perfilan dos liderazgos, entendidos también como futuras candidaturas en el 2018: López Obrador y Marcelo Ebrard. ¿La primera prueba?, las elecciones intermedias del 2015. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

 

Última actualización el Lunes, 10 de Septiembre de 2012 09:29  

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