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Home Escala Crítica POLARIZACIÓN PARTIDISTA, MODELO A DESARMAR; CASO TABASCO

POLARIZACIÓN PARTIDISTA, MODELO A DESARMAR; CASO TABASCO

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Escala Crítica/Columna diaria
*Posibilidad de un nuevo partido político y la distensión
*El conflicto no es entre personas, sino entre sistemas
*Cambiar la economía, base del nuevo reparto del poder

Víctor M. Sámano Labastida

EL REZAGO DE TABASCO, escuchamos decir con frecuencia, es resultado de los pleitos políticos. Este columnista, basado en referencias económicas y sociales considera que la desigualdad y el atraso están relacionados con el modelo de desarrollo. Pero de lo que no parece haber duda es que desde 1988 y más señaladamente a partir de las elecciones municipales de 1991, tabasco ha vivido una polarización partidista…hasta este 2012.
Hemos mencionado en recientes columnas que está en camino la construcción de un nuevo partido político con base en la estructura y afiliación del Movimiento de Regeneración Nacional de López Obrador.

Un nombre tentativo, en caso de que ganara la idea de convertir a la citada asociación civil en un instituto político sería Partido de Regeneración Nacional (PRN).
Suponiendo que efectivamente se concrete el proyecto lopezobradorista, Tabasco será uno de los estados que en mayor medida registrará el impacto de un nuevo partido político que tenga como líder a Andrés Manuel. Esto se reflejará, me parece, en un cambio de la polarización partidista que la entidad registra desde hace más de 20 años.

EL EDÉN TRICOLOR

¿POR QUÉ hablar de la polarización partidista? Hasta mediados de los años ochentas, el PRI era la organización abrumadoramente dominante. Suelen decir los dedicados a la política: “no se movía una hoja sin la autorización de los jerarcas del tricolor”. Si esto era válido para otros estados de la República, en Tabasco era notoriamente más abrumador.
Las últimas elecciones del dominio casi absoluto de los priístas en Tabasco fueron las de 1982. En aquella ocasión, el PRI ganó la gubernatura con 281 mil 463 votos, equivalentes al 95.8%.  El PRD aún no existía, tendría su primera participación electoral en 1991.
El restante cuatro por ciento de los votos se distribuyó de la siguiente manera: el Partido Popular Socialista (PPS), sumó 7 mil 13, 2.4%; el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) 3 mil 478, el 1.2%; el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) obtuvo el reconocimiento de mil 250 sufragios, 0.4%...y el Partido Acción Nacional (PAN) 490 votos en todo el estado, equivalente al 0.2%.
Para muchos lectores, las siglas del PPS, PST, PSUM son desconocidas. Estos institutos desaparecieron. Sólo sobrevive el PAN.
Como le decía, la polarización –esto es, la concentración de votantes en sólo dos polos- se comenzó a manifestar en las urnas en 1988, cuando un desprendimiento en el PRI y una fusión de los pequeños partidos de izquierda dieron origen al Frente Democrático Nacional (FDN). Esta coalición postuló a López Obrador, mientras que el PRI llevó de candidato a Salvador Neme. La historia es relativamente conocida, pero es bueno recordarla ahora: el tricolor perdió su aplastante hegemonía y si bien ganó oficialmente las elecciones tuvo que conformarse con el 70.82%, algo así como 205 mil sufragios; la coalición opositora se llevó 54 mil 890 votos, el 20.9%. Algo inexplicable para un partido acostumbrado a apabullar a sus adversarios. El PAN  sólo consiguió 989 papeletas, apenas el 0.4%.

HABÍA UNA VEZ…

ASÍ SE COMENZÓ a escribir la historia de la polarización partidista. Como le decía líneas arriba, en los comicios municipales de 1991 en su primera participación como PRD la oposición de izquierda refrendó su tendencia a crecer al grado de que en el 2000 estuvo a sólo siete mil votos de diferencia del PRI en la disputa por la gubernatura (los comicios fueron  anulados) y finalmente en este 2012 una combinación de factores históricos y coyunturales llevaron a la coalición encabezada por el PRD a obtener por primera vez el gobierno estatal.
En el PAN, pese a ser un  partido más antiguo que los solaztequistas y aún cuando los tiempos le fueron favorables en el país, tuvieron que conformarse con ser de lejos la tercera fuerza partidista.
El sólo triunfo del Movimiento Progresista (PRD, PT, PMC, Morena) con un candidato como Arturo Núñez abrió el abanico de lo que algunos llaman “la reconciliación”, o lo que podría entenderse como la distensión entre las fuerzas partidistas dominantes. Ahí están los ejemplos recientes de las reuniones bajo un mismo techo de los alcaldes electos del PRD y del PRI a convocatoria de Núñez, lo mismo que el encuentro de los 35 diputados electos tanto del PRD como del PRI, y por supuesto de los otros cinco partidos.
En esta ruta de la distensión –los perredistas siempre se negaron a negociar con los priístas a quienes consideraron sus adversarios históricos en Tabasco- apareció de pronto el anuncio de un posible nuevo partido. Se especula si la intención es llevar a López Obrador a una tercera contienda por la Presidencia, pero un efecto inmediato –me parece- estará en un cambio de la distribución de las fuerzas partidistas locales.
Tres son los factores que podrían disminuir la polarización en Tabasco: el triunfo del PRD con Arturo Núñez que ha buscado el diálogo con diputados y alcaldes priístas; la misma actitud de las autoridades priístas electas que han vencido sus resistencias y el nacimiento de un nuevo partido.
Habrá oportunidad para confirmar que la relación de los actores políticos es importante para combatir el rezago, la pobreza, la marginación y el subdesarrollo (así como el encono). Importante pero no será suficiente; la distensión deberá llevar a discutir y proponer un nuevo modelo de desarrollo para Tabasco. Entonces se podría comprender que la democracia no sólo son las votaciones y que los pleitos de los políticos no se alimenta sólo de intereses personales sino de intereses económicos.

AL MARGEN

CELEBRARON el 73 aniversario del Partido Acción Nacional (PAN), en sus últimas semanas en la Presidencia de la República. Como parte de las actividades centrales recurrieron a la presentación en la Ciudad de México del libro “Corazón Indígena”, del ex dirigente nacional y también ex candidato presidencial Luis H. Álvarez (1958). La obra ya había sido presentada en julio pasado.
A propósito de libros, ¿será cierta la versión de que Andrés Manuel López Obrador prepara un nuevo testimonio? Esta vez, aseguran fuentes consultadas por el columnista, el texto llevará por título “La mafia que nos robó el partido”. En 2007, después de las elecciones presidenciales en su primera incursión como candidato a Los Pinos publicó “La mafia que nos robó la Presidencia”. Es, le comento, sólo una versión pero sin duda que fiel a su costumbre el tabasqueño elaborará un balance de su segunda incursión para gobernar la Federación. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 

 

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