Escala Crítica/Columna diaria
*Tabasco igual que en Yucatán, polarización de partidos
*Un electorado fluctuante en Tlaxcala, BCS y Morelos
*A la Presidencia desde gobiernos estatales, caso Ebrard
Víctor M. Sámano Labastida
MUCHO SE INSISTE en que la competencia electoral impide el progreso y el crecimiento en la economía. Escuchamos que sobre todo la existencia de fuerzas que polarizan el voto paraliza a los gobiernos y al poder Legislativo. Uno de los ejemplos es Tabasco, se afirma; sin embargo, otro ejemplo de progreso permanente y diversificado lo tenemos en Yucatán…donde dos partidos se disputan desde hace varios años el dominio electoral.
Ahora que en Tabasco se realizó el primer diálogo formal entre Andrés Granier, gobernante que entregará la administración en enero próximo, y Arturo Núñez, gobernador electo, se destacará la importancia de un relevo ordenado y tranquilo entre políticos procedentes de dos fuerzas antagónicas. Sin embargo eso no es suficiente: habrá que considerar en su momento el estado que guarda la administración y, lo más importante, el diagnóstico político, social y económico de Tabasco.
Haciendo a un lado el criterio que iguala al PRI y al PAN, podemos observar que en Yucatán –nuestro punto de comparación-, se ha mantenido la cerrada competencia entre estos dos partidos, también sucedió la alternancia y la dinámica de su economía no se detiene. Cierto que existen zonas de alto rezago en la Península, pero eso obliga a revisar el modelo económico, más que el electoral.
EN LOS EXTREMOS
EN UNOS 17 estados del país se vive desde hace unos años lo que podríamos denominar una polarización de las fuerzas partidistas entre el PRI y el PAN. Solamente en tres entidades encontramos una disputa cerrada por los votos entre el PRI y el PRD (Tabasco, Guerrero y Oaxaca, aunque en esta última entidad la fuerza de la izquierda se agrupa bajo las siglas del Movimiento Ciudadano). En ninguna de estas plazas hallamos una competencia entre el PAN y PRD por la mayoría del electorado.
Referí líneas arriba que por lo general se insiste en que el pleito partidista en Tabasco ha frenado el desarrollo. Sin embargo, un estado que tiene características similares en la polarización de los votantes es Yucatán. Mientras en Tabasco la pelea por el poder se ha concentrado entre el PRI y PRD desde hace varias décadas, en Yucatán es histórica la competencia entre PRI y PAN. En una de estas entidades el PAN ha sido confinado a ser una lejana tercera fuerza, mientras que en otra ese papel le ha tocado al PRD.
Una revisión de las dos elecciones más recientes para gobernadores en todos los estados de la República nos arroja datos interesantes.
Por ejemplo, sólo en Michoacán la votación se ha repartido más o menos en tercios. En el estado que fue cuna del cardenismo, desde 1995 –cuando Felipe Calderón fue candidato al gobierno estatal- los tres partidos mayores en el país se dividen las preferencias ciudadanas más o menos en un 30 por ciento cada uno. Esto se confirmó en 2007 cuando ganaron los solaztequistas y en 2011 cuando el poder volvió al tricolor.
Otra entidad que registró una votación de tercios en 2006 pero con un porcentaje favorable al PRI fue Morelos; en este 2012 se inclinó por el PRD, pero envió a un lejano tercer sitio al PAN con lo que se rompió el reparto en tercios.
Un interesante fenómeno de movilidad del electorado se registra en Tlaxcala, entidad que ya ha sido gobernada por PRI, PRD y PAN; algo similar a Baja California Sur, entidad que pasó de una larga historia de administraciones del tricolor a dos gobiernos sucesivos del PRD y ahora está en manos del blanquiazul. Otro estado que registra la presencia de un electorado fluctuante es Morelos, que ahora decidió probar un gobierno solaztequista, después de haberlo tenido tricolor y blanquiazul.
Por supuesto que sigue habiendo pueblos que no conocen la alternancia a nivel de administración estatal, como Tamaulipas, Coahuila y Estado de México, por sólo citar aquellos en los que el predominio priísta parece imbatible. Sin embargo, si consideramos específicamente la competencia partidista veremos que ni la alternancia por sí misma, ni el predominio de un solo partido han sido garantía de desarrollo. Podría decirse más bien que la competencia es condición –aunque no única- para que existan contrapesos.
CAMINO A LOS PINOS
MARCELO Ebrard no sólo quiere sino que va por la candidatura del 2018 para “las izquierdas”, como se autodenomina ese variado mosaico de partidos que incluye al PRD, PT, PM, movimientos sociales y, en unos meses más, al partido Morena. El Jefe de Gobierno capitalino aprovechó el foro de su sexto y último informe para declarar abiertamente que “lo que sigue” es “preparar día a día, con paciencia y perseverancia, la contienda que habrá de venir en 2018, para obtener la victoria y cambiar al fin el rumbo de México”.
Por lo menos desde finales de los años noventas, algunos aspirantes en funciones utilizan los reflectores que les da el ejercicio del gobierno para continuar su carrera política. Así lo hizo Vicente Fox en su camino hacia la Presidencia, siendo gobernador de Guanajuato; lo mismo López Obrador como gobernante capitalino; Roberto Madrazo, desde Tabasco y Enrique Peña Nieto desde el Estado de México. No son los únicos, claro, porque desde que en el 2000 perdió por primera vez la Presidencia el eje de la contienda electoral dejó de estar en la Ciudad de México.
Más aún porque desde 1997, cuando se realizaron las primeras elecciones para elegir gobernante en la capital del país –antes al Regente lo designaba el morador de Los Pinos--, el predominio de la ciudad sede de los poderes federales pasó a manos del PRD: Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y ahora Miguel Mancera.
AL MARGEN
SANTIAGO Carrillo fue uno de esos personajes históricos, complejos y polémicos. Dirigente del Partido Comunista Español, participó en la denominada Guerra Civil de la península en los años treintas del siglo pasado, se vio envuelto en la llamada “Matanza de Paracuellos”, vivió en la clandestinidad y combatió a la dictadura de Francisco Franco. Fue protagonista destacado en la transición hacia y en la democracia. Falleció a los 97 años de edad.
UNAS HORAS antes de que se conmemorara los 27 años del terremoto de la Ciudad de México, una explosión en el Centro Receptor de Gas de Pemex, en Tamaulipas, ocasionó la muerte de por lo menos unas 29 personas. Los sismos de 1985 fueron motivo para que se integrara el primer plan nacional de protección civil. (
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
)
