Escala Crítica/Columna diaria
*Es tiempo de dar resultados, afirma Núñez; una ruta difícil
*No sólo enfrentar rezagos, también poderes fácticos y vicios
*El gobernador relevaría a funcionarios, ¿quién a diputados?
Víctor M. Sámano Labastida
TEMA OBLIGADO en Tabasco es sin duda el de la llamada “curva de aprendizaje” del nuevo equipo gobernante. Este concepto lo refirió el gobernador Arturo Núñez a propósito de haber transcurrido el primer tercio del primer año de gobierno, los primeros 121 días. El tema se comenzó a manejar con motivo de los 100 días. ¿Cuánto tiempo se requiere para evaluar el arranque de un equipo?, ¿qué periodo debe transcurrir para que quienes están a cargo de determinadas tareas comiencen a dar resultados o, si se quiere, mejores resultados?
Dijo el gobernador Núñez: “Mi propia experiencia me dice” que cuatro meses son suficientes para una periodo de reacomodo. Digamos que los tiempos varían según las circunstancias y las personas.
Resulta evidente que el nuevo gobierno en Tabasco está bajo una intensa presión. Como le hemos comentado, por un lado están las necesidades reales de la gente (producto de rezagos), las expectativas que despertó la propia coalición “de izquierdas” durante la campaña, los compromisos que se alentaron en los seis meses transcurridos después del triunfo electoral y antes de la toma de posesión, la situación “de desastre no imaginado” en que fue recibida la administración pública y el juego de quienes habiendo perdido el poder buscan demostrar que el cambio fue equivocado. Los llamados poderes fácticos, los intereses por supuesto.
Resulta ingenuo pretender que el tránsito del gobierno de una coalición al de otra sería tersa y sin obstáculos. El PRI siempre ha sido una coalición, más que un partido. Los que llegan están obligados a hacer mejor las cosas, los que pierden buscan establecer la percepción de que ellos eran mejores y que los que llegan “no saben”. Cuando quienes se van hicieron las cosas mal, le apuestan al “borrón y cuenta nueva”
NOVATEZ Y EXPERIENCIA
DE MANERA reflexiva pero también coloquial, Núñez Jiménez explicó los términos de su más reciente reunión de gabinete:
“Mencioné que obviamente somos un equipo nuevo aunque muchos nos conocíamos, teníamos experiencia en otras tareas. Yo por lo pronto nunca había sido Gobernador. Entonces sí había que pagar un primer noviciado en las tareas asignadas, y luego acomodarnos en el trabajo, porque se podía tener muchas relaciones con muchas personas, ser amigos de una de ellas pero las amistades tienen que pasar la prueba del trabajo que es lo importante.” (26/IV/2013)
Unos días antes (08/IV/2013), expresó que el cambio de gobierno en el estado “se trata del relevo –por primera vez en la historia de Tabasco- de un partido a otro, y siempre hay una curva de aprendizaje y una novatez que pagar en esto”.
Hay, por supuesto, varias maneras de abordar esta cuestión. Por un lado quienes tomarán lo dicho como una justificación de la inexperiencia y tratarán de hacer ver en ello lo que consideran malos resultados –pero además adelantarán los funerales de la alternancia-, y por otro de quienes encontrarán una explicación desde el gobierno que implicaría conciencia de lo que ocurre.
En este segundo caso, la autocrítica –que no tiene por qué ser suicida, ni tampoco simulada- tendrá que llevar a decisiones: si alguien no pasó “la curva de aprendizaje”, o ni siquiera se empeñó en hacerlo (o estuvo ocupado en otros asuntos y no en los del proyecto de cambio), tendrá que hacerse a un lado.
TAMBIÉN LOS DIPUTADOS
ARMONIZAR equipo no es fácil, hacerlo en las condiciones actuales de Tabasco resulta extremadamente complejo. Se requiere un gabinete de excepción. También se requiere una autocrítica activa de quienes dejaron el gobierno.
Quizá el mayor problema se presente para la “coalición de izquierdas” en la Cámara de Diputados. En el gabinete, una evaluación puntual de Núñez puede llevar a la destitución, renuncia, relevo, enroque, ascenso, etcétera. Uno es el que decide. Pero la representación legislativa tiene otros resortes y otros intereses.
Los integrantes de la bancada del PRD que ahora son mayoría han tenido que pasar también por un lento –e incompleto- proceso de aprendizaje. Aún diríamos que están en la etapa del reacomodo y para el cual también requerirán de un ajuste drástico en su conducta. Ver más allá del corto plazo (la alcaldía, los cálculos de grupo o los negocios). Recordemos que fueron mayoría en otra ocasión (2004-2006), aunque fue una mayoría simple los conflictos internos la disminuyeron.
Los estudiosos en los temas de productividad y desempeño distinguen entre “curva de aprendizaje” y “curva de experiencia”. Podemos decir que hay hombre y mujeres experimentados en el gabinete, lo que deberá facilitar los tiempos del aprendizaje. Es una posibilidad. En los niveles operativos esta “curva de aprendizaje” busca reducir sus costos con el llamado servicio civil de carrera o por lo menos la ratificación de quienes han dado buenos resultados institucionales.
Como sea, los frutos del aprendizaje tienen que ser cuantitativos (medibles) y cualitativos (percibidos positivamente). A un gobierno se le juzga por sus resultados, no por sus intenciones.
Hay curvas o escaleras de aprendizaje que son rápidas y económicas, otras largas y costosas. Hay equipos de gobierno que nunca aprenden, o lo que aprenden no es para beneficio de la población sino para negocio propio.
Pero también me parece que resulta justo no sólo fijarnos en el proceso de aprendizaje –ensayo y error- de los protagonistas en el gobierno, sino también en las circunstancias en que operan.
AL MARGEN
EN LA ÉPOCA prehispánica lo que ahora es la República Mexicana tuvo diversos puntos de encuentro de poblaciones, cultura y producción de los pueblos. Surgieron las “plazas” o “mercados”, así como también las ferias, festejos esporádicos o periódicos que permitieron el intercambio entre las comunidades. Algunas fiestas anuales, adaptadas a los rituales de los colonizadores, conservan su sentido de convivencia y encuentro; en otras se privilegió el comercio moderno caracterizado por la transnacionalización de los beneficios.
El sábado fue inaugurada la Expo Tabasco 2013 por el gobernador Arturo Núñez, su esposa Martha Lilia López y el subsecretario federal de Turismo, Carlos Joaquín González. Una tradición que en la etapa post colonial se remonta al año1880 y que se institucionalizó a partir de 1928. Cifras oficiales indican que el año pasado tuvo 2 millones 122 mil visitantes. (
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
,mx)
