Escala Crítica/Columna diaria
*Suspensión de clases no sólo en Tabasco; pugna nacional
*Un sector disperso y polarizado. El ciclo de la pobreza
*La verdadera reforma estructural: combate a corrupción
Víctor M. Sámano Labastida
LA CRISIS hace crisis. Somos un país empobrecido que reproduce la pobreza. La educación (mala) dejó de ser una solución para convertirse en un problema. Dijo en febrero de 2010 Vernor Muñoz, relator de la ONU: “El problema estructural de México es que la educación está capturada por un sindicato. La educación no necesariamente se lleva con la creación de organizaciones o empleadores”. Me parece que el problema estructural es el sistema: no funciona para combatir la desigualdad, sino para perpetuar el dominio.
Para el especialista de la ONU, el mayor problema del sistema educativo mexicano era la falta de políticas públicas y la alianza entre el Estado y el sindicato de profesores, que encabezaba Elba Esther Gordillo, SNTE.
“Las poblaciones pobres reciben una educación pobre”, dijo Muñoz, para también advertir que “las desigualdades entre las zonas urbanas y las rurales, entre los estados de la federación, entre las escuelas públicas y las privadas y entre los grupos de la población”.
No hay novedad. Aquí le hemos ofrecido datos sobre cómo México es uno de los países más desiguales del mundo. Esto se reproduce en la educación, o para decirlo más correctamente: es reproducido por la educación.
Hoy debieron iniciar las clases en las escuelas públicas del país. No ocurrió en todas. Hoy se supone que en Tabasco se iniciaría el reparto de útiles escolares gratuitos. Se complicará con el paro y la confrontación, como se complicará sacar del rezago a la educación.
Por otra parte, ¿se imagina lo que significa en el país atender un universo de 40 millones de alumnos en los diversos niveles, con una geografía tan diversa y una población dispersa?
EDUCACIÓN EN PARO
COMO ERA PREVISIBLE, los sindicatos y agrupaciones magisteriales de las más diversas corrientes se declaran hoy en paro de labores. Aunque en algunos lugares como Tabasco abanderan demandas locales –destitución de funcionarios o incremento de salarios lo visible-, el trasfondo del conflicto es la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto (PRI). Los otros reclamos son coyunturales, aunque en el caso tabasqueño no se puede ignorar la confrontación que tienen con el gobierno estatal en el proceso de la alternancia política.
Así como los líderes de los sindicatos tabasqueños SNTE (Sección 29), SITET y SITEM, anunciaron que sus agremiados no darán clases, de la misma forma la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llamó a un paro nacional y por tiempo indefinido. Las representaciones del Distrito Federal, Oaxaca, Guerrero y Michoacán de la CNTE –las más radicales- han realizado bloqueos y plantones contra la reforma constitucional en materia educativa ya aprobada, al igual que las leyes secundarias que se discutirán esta semana.
El SNTE, antiguo aliado del gobierno federal –hasta que creó su propio partido político-, también se opone a las nuevas condiciones laborales y políticas; todo parece indicar que espera el desgaste por la confrontación de otros grupos para recuperar su predominio en la plantilla laboral más grande de Latinoamérica en un solo sector. Un millón 200 mil profesores en todo el país.
La oposición más combativa a la reforma en materia de educación pública se ha dado en Oaxaca por parte de la CNTE. Ahí, tanto el gobernador Gabino Cué como el movimiento magisterial presentaron sus propias iniciativas estatales, finalmente desechadas. En Guerrero, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación también intentó la aprobación de una propuesta alterna y se confrontó con la administración de Ángel Aguirre.
Oaxaca y Guerrero son gobernados por coaliciones opuestas al PRI, una encabezada por ex Convergencia y otra por el PRD.
En Tabasco, el gobernador Arturo Núñez (PRD) aseguró el 15 de mayo durante la celebración del día del maestro que los cambios en la educación no serán posibles “sin el consenso o la participación decidida de los docentes”, pero aclaró que confiaba en que “sabrán anteponer su sentido de responsabilidad, conocimiento, entrega y disposición”.
Un mes antes, en la instalación del foro de consulta sobre el tema, Núñez expresó su apoyo a la iniciativa federal para –dijo- “mejorar la calidad de la educación y fortalecer el desarrollo de México”.
El secretario de Educación en Tabasco, Rodolfo Lara Lagunas –un profesor con una larga y reconocida trayectoria en las escuelas y en el activismo político- desde un principio anunció que combatiría el ausentismo, las plazas sin justificar, las “aviadurías” y la corrupción en el sector que más recursos dispone del presupuesto estatal (9 mil millones de pesos en 2013).
Lara Lagunas sostiene que el verdadero motivo de inconformidad de los líderes de la Sección 29 del SNTE, Guadalupe Arias Acopa y de Rafael Burelo Gurría, del SITET, así como de Diego Ánimas del SITEM es el retiro de privilegios y canonjías ilegales. Los aludidos aseguran pelear por el derecho de sus representados. Estamos, como le decía, ante una prueba de fuerza que tenía que presentarse en algún momento.
Durante varias décadas la confrontación interna de los grupos magisteriales fue por el control del sindicato único, el SNTE; con la descentralización educativa surgieron decenas de pequeños sindicatos. Ahora unos y otros luchan por su sobrevivencia.
AL MARGEN
EL TEMA CENTRAL de México es la corrupción. Eso lo dicen los políticos en campaña, lo documentan estudios como los de Transparencia Internacional, Banco Mundial, entre otros. Su combate sería la verdadera reforma estructural. Recientemente la consultora Ernest and Young difundió su Encuesta Global número 12 en la que nuestro país aparece como el sitio de mayor corrupción y sobornos en Latinoamérica para concretar negocios.
Los más vulnerables –señala- son los sectores energético, farmacéutico y de la construcción son los más vulnerables.
¿Qué debe ser primero, una reforma energética, una fiscal o una contra la corrupción? Según encuesta difundida por el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), 57 por ciento de la población exige que se legisle en favor de la transparencia y la erradicación de la corrupción, antes que otras cuestiones. Un 15 por ciento está en favor de la reforma fiscal y un 10 por ciento se interesa primero por la reforma energética.
Puede ser lógico: antes de echar el agua a un recipiente hay que tapar los agujeros. (
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