Escala Crítica/Columna diaria
*El Estado Mexicano, busca una varita mágica inexistente
*Mando único: Delincuencia organizada, policía desorganizada
*Los diputados: calificadores de cuentas, mal calificados
Víctor M. Sámano Labastida
RESULTA un lugar común hablar del “milagro chino”, “milagro brasileño”, “milagro mexicano”, como si se confiara en una fórmula mágica para resolver los problemas. En los años ochenta, la tendencia fue considerar que la descentralización de los gobiernos y un mayor apoyo al federalismo sería la solución –por sí sola- a los problemas que ya padecía el sistema político-económico mexicano.
En épocas anteriores, durante los primeros gobiernos post independentistas y post revolucionarios, una solución mágica parecía ser el centralismo.
Ahora resulta que con la vuelta del PRI a la Presidencia se observa una creciente tendencia de retorno a la centralización.
Le comenté aquí que el desorden de los gobiernos estatales en el manejo de los recursos propicia que ahora la Federación busque controlar los mecanismos de endeudamiento de las entidades, pagar directamente a los maestros de educación pública, retomar el control de la compra de medicamentos, ente otras medidas.
Se anunció que muy pronto echarán a funcionar la llamada Gendarmería Nacional, que realizaría labores policiacas en todo el país. Mientras a nivel estatal se ponen en marcha los llamados “mandos únicos”.
Podríamos citar una larga lista de acciones de vuelta al centralismo, algunos dicen que como respuesta a la confusión que hubo entre “federalismo” y “feudalización” de los estados.
La experiencia ha mostrado que no hay milagros. Lo que no resolvió la descentralización, puede terminar complicándolo el neo-centralismo. El problema es que en el fondo la intención no parece ser la eficacia sino un nuevo mecanismo de control político.
MANDOS DISPERSOS
EN TABASCO se anunció que habrá un mando único para las policías estatal y de los municipios. Esto se pactó en una reunión del Consejo de Seguridad estatal y fue anunciado por el gobernador Arturo Núñez. De hecho, impulsar el mando unificado era un acuerdo de la Conferencia Nacional de Gobernadores, aunque unas semanas antes un segmento importante lo consideraba inconveniente. Variaron de opinión.
Actualmente existen en Tabasco 17 mandos policiacos. Uno para los policías estatales, en tanto que cada uno de los 16 municipios tienen sus propios directores de seguridad. El alcalde de Centro, Humberto de los Santos, buscaba que la capital tabasqueña tuviese su propia gendarmería.
Históricamente todas las comunidades del país han tenido su policía. Le comenté aquí sobre los llamados “topiles” en las comunidades indígenas y de las llamadas policías comunitarias (distintas de los grupos ed autodefensa).
En el país hay más de un mil 600 corporaciones policiacas (preventivas) con igual número de jefes, lo que según el gobierno federal es factor de desorden, corrupción y debilidad.
Desde el gobierno de Felipe Calderón se propuso establecer un mando único por lo menos en cada estado y con los policías municipales, para que el número de jefes de corporaciones se redujera a 32. Sin contar las corporaciones federales que operan en cada entidad y los ministeriales.
En el país no sólo existe una diversidad y falta de coordinación entre los grupos policiacos, sino también notables diferencias en su preparación y salarios.
Hay policías municipales que cobran mucho más que los agentes preventivos estatales, con salarios que van de 3 mil 500 el más bajo hasta 18 mil pesos el más alto. Los uniformados estatales de Tabasco tienen salarios promedio de siete mil pesos mensuales. Pero también una gran mayoría tiene bajo nivel de preparación académica e inclusive policiaca.
Uno de los obstáculos para que las corporaciones policiacas tuvieran un mando unificado es la diversidad de partidos que gobiernan los municipios.
Sin embargo, las necesidades cambiaron con la creciente aparición de bandas de delincuentes que traspasan las fronteras municipales, estatales e inclusive nacionales.
Un aspecto que no debe perderse de vista es el uso partidista electoral de la policía. Ahí está la experiencia Tabasco, en las elecciones del 2006 y 2009. En especial el caso de Comalcalco.
Lo importante es que la unificación policiaca se refleje en una mayor eficacia en la prevención y el combate del delito. Los estados que ya avanzaron en un mando único de su policía son Chihuahua, Sonora, Jalisco, Hidalgo y Coahuila. ¿El gobierno federal tendrá también un mando único para sus corporaciones policiacas? ¿Se discutirá por fin la función de la policía en un sistema de pluralidad democrática?
CUENTAS Y CUENTOS
ENTRAMPADA se encuentra la Cámara de Diputados de Tabasco por el arbitrario manejo de su presupuesto. Así lo reconocen diputados del PRD, del PRI y del PAN. Le piden cuentas al todavía coordinador de la junta de gobierno, el solaztequista Rafael Balboa. Ignoran por qué un Congreso que tenía asignado un presupuesto de 315 millones de pesos, requirió 30 millones de pesos más cuando apenas comenzaba sus funciones.
Los diputados son los encargados de revisar las cuentas públicas de los tres poderes –la propia, las del Ejecutivo y Judicial-, así como municipales.
En promedio, cada año la Cámara de diputados de Tabasco recibe unos 300 millones de pesos; durante los tres años que duran en su ejercicio, los diputados tienen a su disposición cerca de mil millones de pesos.
Con frecuencia se critica el alto costo de los partidos políticos y las elecciones en México son muy costosas. También lo son las cámaras de diputados.
Tenemos en el país unos mil 200 diputados locales. En 2011 los 32 congresos estatales recibieron en conjunto once mil millones de pesos. Hay un evidente desperdicio –por la falta de control y por oposición a sus resultados-, en los órganos que deberían ser garantes de la aplicación de los recursos.
Otra cuestión es el desempeño de la Legislatura en una etapa de alternancia e integración de nuevas instituciones. Si no se cuida lo medible, ¿qué sucede con lo intangible a corto plazo?
AL MARGEN
AL PARTIDO de la Revolución Democrática le puede pasar lo que al PRI: brotarle como por generación espontánea candidatos a la dirigencia estatal. No es lo mismo estar en el poder que pasar carencias. En el tricolor hay una veintena de pretendientes, que terminarán agrupándose en dos bloques. Entre los solaztequistas se cuentan hasta 14 ó 15 prospectos. Como en el PRI: ni están todos los que son ni son todos los que están. Harán ruido, eso téngale por seguro; es una manera de negociar. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
