Escala Crítica/Columna diaria
*Reforma: tienen priístas y panistas mayoría en los estados
*Partidos, obligados a revalorar importancia del legislativo
*Aprueban solicitar préstamo; comparecen sin sobresaltos
Víctor M. Sámano Labastida
LA MAQUINARIA del PRI y del PAN cumplió su cometido. En el senado y en la cámara de diputados votó mayoritariamente por las reformas constitucionales en materia energética. El equipo tricolor se alió de manera muy hábil indistintamente con panistas o perredistas para hacer pasar sus reformas educativa, fiscal y de telecomunicaciones. Como antes lo hizo con la laboral. Se clausuró el periodo ordinario de sesiones en el Congreso; el gran ausente en las movilizaciones opositoras fue Andrés Manuel López Obrador, por motivos de salud.
Lo sucedido recientemente obligará a los partidos de izquierda a replantear sus estrategias. Veremos si también cambia la percepción y actitud ciudadana. Seguramente ha observado que en las elecciones se pone más interés en la votación de los cargos ejecutivos que en los legislativos. Importa más la Presidencia, las gubernaturas y las alcaldías, que las diputaciones y senadurías.
Pero no ocurre lo mismo con el PRI, un partido que conoce los mecanismos del poder.
UN DESCUIDO OPOSITOR
AUNQUE ahora la reforma pasará a su ratificación en los Congresos estatales tendría que ocurrir algo más que los bloqueos a las sedes legislativas para que los opositores logren impedir que el PRI y el PAN consigan el aval en por lo menos 17 estados. El tricolor cuenta con 20 gubernaturas y los panistas con 6, además de una del Partido Verde aliado a los priístas; El PRD sólo con cuatro y una el Movimiento Ciudadano. Pero no sólo eso, los reformistas tienen el control de la mayoría de los congresos estatales.
De acuerdo a un estudio de la Cámara de diputados federal (“Gobiernos divididos”), el PRI tiene la mayoría en 22 Congresos. En otro balance el tricolor aparece con un Congreso de mayoría calificado, 12 mayoría absoluta y 7 de mayoría simple. Si fuera por el total nacional de diputados locales, de los un mil 138 legisladores el tricolor cuenta con 438 de los suyos.
Aunque el número total de diputados de un partido es fluctuante –unos se declaran independientes y otros se pasan a otro instituto-, la organización que menos riesgo corre actualmente de defecciones es el PRI. Tiene la Presidencia de la República como eje de control.
En agosto de 2011 me referí al descuido de partidos y ciudadanos respecto a la importancia de las legislaturas (“CONGRESOS LOCALES, UNA RADIOGRAFÍA REVELADORA, Miércoles, 10 de Agosto de 2011). Aquella vez daba cuenta de cómo el PRI tenía ya mayoría en 25 entidades, el PAN en 5, PAN y el PRD sólo en tres.
Comenté entonces que “erróneamente, en la lucha partidista, las diputaciones tanto locales como federales, y las senadurías, son vistas como cuotas de reparto y hasta mecanismos de compensación o consolación. Nada más erróneo para el futuro de los partidos”.
Ahora se puede constatar cómo en manos de los legisladores están asuntos que nos conciernen a todos. Pero además, a partir del 2018 será posible la reelección inmediata. Esto quiere decir que quienes obtengan una diputación en 2015 podrán repetir en el siguiente proceso. No se requiere ser adivino para adelantar que en la agenda del PRI está buscar consolidar su mayoría en el Congreso federal y retener su hegemonía en los estados (o recuperarla donde, como el caso excepcional de Tabasco, la perdió). ¿Qué estará en la agenda opositora?
Si, como se proponen las fuerzas partidistas opositoras una de sus vías es impulsar la consulta nacional ciudadana, un ejercicio de este tipo necesariamente estará vinculado a su capacidad para convencer a los electores en el 2015. Ignorar la importancia de la representatividad y la eficacia legislativa tiene sus costos.
PEDIR PARA PAGAR
COMO LO HABÍA adelantado el titular de Finanzas, Víctor Lamoyi, el gobierno de Arturo Núñez solicitó la autorización para gestionar un crédito por hasta mil 30 millones de pesos. La autorización del Congreso local –con 28 votos a favor, tres en contra y una abstención- procedió con el argumento de que tales recursos serán para refinanciar parte de la deuda pública estatal. Esto es, disminuir el adeudo no incrementarlo.
Fuentes oficiales aseguran que casi al final de la administración pasada, el 13 de diciembre de 2012, el gobierno de Andrés Granier obtuvo un crédito en condiciones altamente desventajosas para el estado. Porque ya para entonces ninguna institución financiera arriesgaba sus fondos. Aquel préstamo fue en afectación a las participaciones futuras, que ahora se proponen liberar.
Como se recordará, en mayo de 2010 un Congreso de mayoría priísta aprobó duplicar el porcentaje –de 8 a 15 por ciento- del tope de los créditos a solicitar por los ayuntamientos y el gobierno estatal con respecto a sus ingresos ordinarios anuales. Por supuesto que la mayoría de los ayuntamientos, así como la administración estatal aprovechó esa oportunidad.
Ahora un Congreso donde el PRD es mayoría y el PRI primera fuerza opositora, está obligado a cuidar que no se vuelva a disparar la hipoteca de los recursos.
UN TRICOLOR AUSENTE
NUEVAMENTE los diputados del PRI decidieron ausentarse también de la comparecencia de David Gustavo Rodríguez, secretario de Desarrollo Económico, y seguramente así lo harán cuando acuda el titular de Desarrollo Agropecuario, Pedro Jiménez León, quien cerrará la presentación de algunos de los integrantes del gabinete ante el pleno del Congreso local.
El pretexto o argumento, difícil de sostener, fue la supuesta “falta de respeto” durante la comparecencia de Rodolfo Lara Lagunas, titular de Educación, quien en una de sus respuestas se refirió al rechazo a la reforma energética. Por diversas reacciones públicas se puede apreciar que es la bancada del PRI la que perdió más con esta reacción.
Los diputados priístas también se abstuvieron de acudir a la comparecencia del secretario de comunicaciones, José Antonio de la Vega, a pesar de que habían exigido que los secretarios del gabinete fueran a ampliar los detalles del informe de gobierno. La ausencia tricolor permitió que otro de los comparecientes, el doctor Ezequiel Toledo, secretario de Salud, cumpliera sin sobresaltos su cita, a pesar de los cuestionamientos del panista Francisco Castillo.
De todas formas el doctor Toledo evitó referirse a asuntos polémicos como las irregularidades por casi dos mil millones de pesos que la pasada administración dejó en el manejo de recursos federales. Estas cuestiones, afirmó el funcionario, están en manos de las autoridades correspondientes. El de salud pudo ser también un tema incómodo para los priístas porque las denuncias provienen asimismo del gobierno federal. (
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
)
