Escala Crítica/Columna diaria
*Con unidad se gana tiempo, con dispersión se pierde
*Comenzó el conteo regresivo para la nueva contienda
*Malas noticias para los pobres el ajuste al crecimiento
Víctor M. Sámano Labastida
GANAR las elecciones no significa ganar el gobierno y mucho menos ganar el poder. Así como obtener una mayoría de votos es producto de un largo proceso, la construcción de un gobierno y más aún si se trata de un cambio profundo –que es lo que se espera de la alternancia- resulta una tarea más complicada. El domingo reciente, el gobernador Arturo Núñez afirmó que se requiere unidad y tiempo para consolidar el cambio.
A los integrantes de la Agrupación José María Pino Suárez, Núñez dijo que requiere “el respaldo de las fuerzas organizadas de izquierda que nos permitieron ganar el gobierno”, así como para “poder consolidar el cambio verdadero de fondo, necesitamos tiempo por las mismas circunstancias en que hemos recibido el estado”.
RECONSTRUIR PACTOS
A UNOS MESES de que se reinicie oficialmente la contienda por el poder legislativo y los ayuntamientos, el mandatario advirtió que “los adversarios no se hacen a la idea de perder el poder, suponen que fue un mal momento, que fue una mala racha, pero que se van a reponer pronto”. Esto es –anotaríamos-, que los priístas y sus aliados esperan la oportunidad de los nuevos comicios para retornar a las posiciones que les permitan retornar al gobierno estatal en el 2018.
Fundador de la Agrupación Pino Suárez hace doce años, Núñez acudió al evento conmemorativo de ese instituto realizado en Nacajuca.
Podría decirse que más que a sus adversarios, el mensaje de quien encabezó la coalición Movimiento Progresista estuvo dirigido a sus aliados electorales que, por razones diversas, no podemos decir que se muestren como aliados reales en la conducción del cambio.
Aquella coalición que fue integrada por el Partido de la Revolución Democrática –en sus dos vertientes, la solaztequista y la lopezobradorista-, los partidos del Trabajo y Movimiento Ciudadano, así como por agrupaciones como la Pino Suárez y otros desprendimientos del PRI así como ciudadanos sin partido, prácticamente dejó de existir cuando el nuevo gobierno asumió oficialmente.
Tal coalición tampoco se ha reflejado de manera consistente en el Congreso –sólo eventualmente una mayoría votó leyes relevantes para el régimen-, y en el ejercicio del poder ha pretendido actuar por cuotas.
Se requerirá de un ejercicio de autocrítica y reorganización, así como de la redefinición de liderazgos. Esto si pretende esa misma coalición –que el ejercicio del gobierno debió mejorar y no dispersar- competir exitosamente en el 2015.
Por supuesto que la Agrupación Pino Suárez –constituida por militantes de diversos partidos, el propio Núñez está adscrito al PRD- no puede esperar a que el gobierno realice sus labores de consolidación interna. Le hace falta formar y mostrar nuevos cuadros.
RECORTES, AJUSTES
SE ESPERABA el anuncio de la disminución de las previsiones oficiales del crecimiento de la economía mexicana este año. Algo similar ocurrió el año pasado. El subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, reconoció que el desempeño de la economía es insuficiente. Los cálculos del incremento del Producto Interno Bruto pasaron de 3.9 a 2.7 por ciento. A nivel de la economía familiar, los efectos repercuten en el empleo, el ingreso y el consumo.
Durante el 2013 el ajuste fue más drástico: de una expectativa del 3.9 por ciento se bajó a 1.3 por ciento, pero quedamos en 1.1 por ciento. Varias fueron las razones del poco crecimiento el año anterior. Uno de los factores fue el sub ejercicio del gasto. En los primeros meses de este año también se detectó una menor disposición de los recursos públicos. Por demás está decir que esa dinámica federal también afecta a los estados.
Oficialmente también se argumenta que junto al bajo consumo y la limitada actividad en el sector de la construcción, el crecimiento previsto fue afectado por el lento avance en Estados Unidos y Europa.
Otros analistas subrayan el impacto de la reforma hacendaria en las micro y medianas empresas.
Para el lector común este tipo de estimaciones macroeconómicas suceden en un territorio lejano, sólo de interés para especialistas. En términos generales, la falta de mayor inversión del gobierno mexicano y de la creación de empleos por parte de la iniciativa privada golpea directamente a las familias.
Lo que se requiere, dicen los que saben de economía -aunque también lo indica el sentido común-, es tener más empleos y mejor pago en los actuales. De esta forma se puede mejorar el consumo y, por supuesto, los niveles de vida.
En términos simplificados puede señalarse que la reducción en la expectativa de crecimiento de la economía significa que será más difícil combatir la pobreza. Aunque el aumento del PIB no significa de manera automática riqueza para todos, es mucho menos posible en una situación de estancamiento.
Entre los países que han logrado disminuir la pobreza y la desigualdad se cuentan Argentina, Brasil y Bolivia. El caso más notable es de este último donde a pesar de ser un país con menos riquezas naturales y con mayores rezagos, logró en seis años disminuir el porcentaje de pobres, mientras que en México esta cifra aumentó. Habrá que preguntar qué hicieron Brasil y Bolivia que no ha hecho México, o qué se hizo mal.
Un reporte del diario El Universal (26/05/2014) nos recuerda que de cada cien pobres en América Latina treinta son mexicanos. La tercera parte de quienes carecen de los recursos mínimos los pobres del continente están en México. Aunque se ubica entre los seis países petroleros más importantes del mundo y ocupa un mejor lugar que Brasil y Venezuela en cuando a producción.
Un grupo de expertos consultados por el diario El Universal coincidieron en señalar que nuestro país requiere cambios estructurales. Esto es lo mismo que han dicho los políticos en campaña y algunos gobernantes en el poder. La diferencia está en lo que se entiende por esas transformaciones.
AL MARGEN
EL RECIENTE estallido en Villahermosa de una casa donde se expendía combustible obtenido ilegalmente debe obligar a las autoridades a actuar en relación al robo y ordeña clandestina de gasolinas. La misma Profeco tiene conocimiento de la ruta de esos “negocios” altamente riesgosos. Hace unos meses, cuando en Tabasco la periodista Ana Lilia Pérez presentó su libro “El Cártel Negro”, algo se habló de esa red de compra-venta. (
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