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Home Escala Crítica VIOLENCIA, MALTRATO, ACOSO ESCOLAR, COMO EXPRESIÓN ESTRUCTURAL DE UN MODELO

VIOLENCIA, MALTRATO, ACOSO ESCOLAR, COMO EXPRESIÓN ESTRUCTURAL DE UN MODELO

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Escala Crítica/Columna diaria
*Darle poder y reconocimiento al agresor, una mala práctica
*Competencia sin reglas ni ética, supervivencia del bárbaro
*El “orden caníbal”: los débiles y lo pobres, las víctimas

Víctor M. Sámano Labastida

MÉXICO está clasificado actualmente entre los siete países más violentos del mundo (ONU, abril 2014). Nueve ciudades del país calificaron entre las 50 más violentas del mundo en 2013, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública.  La demarcación de Centro (Villahermosa) se ubica entre las 57 zonas de atención prioritaria en materia de seguridad para la Secretaría de Gobernación. El maltrato entre escolares sitúa a México en el primer sitio internacional de los denominados casos de “bullying”.

La violencia sale de casa y vuelve a ella. Tenemos un alto registro de agresiones intrafamiliares. No es casual que también tengamos una alta incidencia de insultos y golpes en las escuelas. Organismos internacionales han definido a la cultura de la violencia como aquella en la que se ve como “normal”, incluso redituable, la respuesta belicosa a los conflictos.

EL CENTRO DEL PROBLEMA

EL VIERNES pasado tuve oportunidad de escuchar a Ana María Salazar y Eduardo Vázquez en el foro “El bulying, problema para afrontar juntos”. De las varias ideas expuestas por los conferencistas en Villahermosa una coincidencia me llamó la atención. Mencionaron un fenómeno vinculado a los casos de acoso y maltrato escolar: el empoderamiento del agresor.
En esta frase resumían lo que considero el eje central del conflicto en que vivimos.
Dijo Ana María Salazar que curiosamente cuando elaboraban reportajes para televisión sobre los casos del llamado “bullying” los agresores querían ser mostrados, querían ser vistos. Esto ocurrió, cito otro contexto, con los miembros de las bandas delictivas detenidos durante el gobierno de Felipe Calderón: eran expuestos como “trofeo” de caza, pero al mismo tiempo se permitió o propició un empoderamiento de la imagen de estos individuos.
Estoy seguro que no me desvío del tema al señalar que “el empoderamiento social del agresor” es el núcleo del problema.
En destacado médico colombiano, Héctor Abad Gómez, ya fallecido, sostenía que “la violencia, como todo fenómeno humano, nace de nuestro ser animal. Es en nuestra mente - constituida por todo lo que ha influido en ella, genérica y ambientalmente desde nuestro nacimiento - en donde surge la decisión de actuar en forma violenta. Si tenemos claro este principio elemental, podremos analizar la violencia, no sólo a través de nuestra historia, sino a través de toda la historia humana”. (Cátedras de Salud Pública, Universidad Libre de Cali, Colombia)
El componente ambiental, en términos sociales, es algo que no debemos ignorar para comprender lo que nos ocurre.
Vivimos, propongo en la hipótesis para esta columna, el resultado de una violencia estructural. Dijo el profesor Rodolfo Lara en el foro citado: desde 1995 en el sistema educativo del país se privilegió la competencia, en lugar de la colaboración.
Nada es imprevisto en un sistema.

UN ESQUEMA DE DOMINACIÓN

VARIOS investigadores universitarios y especialistas han escrito en relación a un modelo conocido como “neoliberal”, “orden caníbal”, “capitalismo salvaje”, etcétera. Se trata, señala el profesor venezolano Francisco Rodríguez, de un modelo que propone como ética fundamental la capacidad individual para obtener beneficios materiales. Los máximos posibles en detrimento del colectivo.
Escribió Rodríguez: “La competencia es el medio con el que cuenta el individuo para lograr estos objetivos. Aunque en esa competencia los  hombres se enfrenten entre sí, eso es bueno en función del logro del beneficio individual y la ganancia. En este esquema los valores tradicionales que constituyeron el nivel éticamente más elevado de la humanidad como son: la solidaridad, la cooperación y la compasión, son reemplazados por un “orden caníbal” en donde pobreza y la enfermedad aparecen aquí como el producto del fracaso individual y la solución es el incremento de la productividad y la competencia. Más mercado y más competencia van a realizar el milagro de acabar con la pobreza y la miseria”. (La pobreza como un proceso de violencia estructural, Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Zulia, Venezuela)
En este “darwinismo social” donde sobreviven los más aptos, son considerados fracasados y débiles los enfermos, los pobres y miserables. Qué otra cosa sucede en el famoso “bullying” o maltrato si no es la agresión a los débiles, a los diferentes y el predominio del más fuerte o el más violento.
Reproducimos en los hogares y en las escuelas un esquema de dominación y discriminación que caracteriza al modelo económico, y por supuesto al modelo político (éste último más sujeto a una serie de ajustes según la presión ciudadana).
VIOLENCIA FORMATIVA

ACADÉMICOS de Trabajo Social de la UNAM elaboraron un estudio sobre el maltrato entre escolares. Explicó el investigador Javier Carreón Guillén que “las agresiones en el ámbito escolar se enmarcan en un concepto de ´violencia formativa organizacional´, es decir, responden a causas aprendidas por los individuos en los entornos donde se desarrollan”. Se presenta por varios factores: prejuicios, hostigamientos, subyugación, cosificación, estigma, acoso y benevolencia. (La Jornada, 3/VI/2014)
Respecto a la “benevolencia” la relaciona con la permisividad, la impunidad, la tolerancia a la violación de las normas: “Los jóvenes están educados en esta cultura de ‘no pasa nada’ y así se les castra, no aspiran a más y todo se lo dan los padres”. Se puede expresar tanto en agresores como en agredidos, “en el primer caso se incita al menor a ‘ser hombrecito’ (incluye a mujeres) y a comportarse de cierta forma, a que se gane el respeto mediante la violencia; en el segundo, los hacemos pasivos, indolentes y dependientes. Es una visión paternalista muy propia de México: los hacemos dependientes, se les resuelve todo y los orillamos a la violencia o a ser víctimas de la misma”.
Desde abril del 2011 la Cámara de Diputados federal aprobó cambios en la Ley de Educación para combatir y prevenir el maltrato escolar. En abril del 2013 hubo nuevas adecuaciones y también la aprobación de la Ley para la Protección de los Derechos de los Niños. En mayo de este año se inició la campaña “No Agredo, No Pego. Sí Respeto”. Ayer en Tabasco se extendió a los medios formales la campaña “Alza la voz”, también para prevenir y combatir el acoso entre menores.
El maltrato, como le decía líneas arriba, se extiende a todos los ámbitos. Habrá que revisar la violencia también en la perspectiva de la estructura de la economía.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 

 

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